Con el movimiento #MeToo, Hollywood ha puesto el foco en la masculinidad tóxica con filmes que se centran en la dinámica padre-hijo. El último de ellos es Las olas, un drama adolescente que llega con chances para el Óscar.
Otras películas abordaron el tema, como Guasón con Joaquin Phoenix y Ad Astra: hacia las estrellas, en los que los personajes estaban marcados por una búsqueda desesperada de aprobación de sus padres.
Pero Las Olas, centrada en una familia negra de clase media en Miami que implosiona tras una tragedia, es tal vez el filme de la temporada que aborda el tema de la forma más brutal.
El director Trey Edward Shults modeló al estricto patriarca de su película a partir de su propio padrastro, que lo empujó a entrenar sin descanso para el equipo de lucha de su secundaria, hasta que sufrió una horrible lesión, un trauma que se dramatiza en el filme y que conduce a consecuencias devastadoras. “No tenemos que construir estos exteriores duros, podemos ser vulnerables, podemos comunicarnos”.
La idea de la película de A24, la productora independiente detrás de la ganadora del Óscar Moonlight, surgió en conversaciones con el protagonista Kelvin Harrison, cuyo padre músico lo presionó mucho, aunque sin éxito, a que siguiera sus pasos. “Hacíamos este tipo de sesiones de terapia intensa... él hablando del estado mental de su padre, del padre de su padre, de donde venía todo eso”, recordó.
Descrito como un filme para la generación Instagram, la película muestra cómo la cultura estadounidense aún espera que los adolescentes sean fuertes, silenciosos y estoicos.

