Desde hace décadas se sabe que la música es esencial en el desarrollo del niño. Gracias al desarrollo de la musicoterapia en el mundo, sabemos que la música ayuda a que la mente y el cuerpo se relacionen de manera más saludable y se complementen.
Los sonidos, los volúmenes de estos, las líricas de las canciones, quedan grabados en el cerebro de los niños. La música que los niños pueden bailar les ayuda a desarrollar las habilidades motoras gruesas. Los niños que pueden comenzar a tocar instrumentos musicales desde pequeños desarrollan sus habilidades motoras finas. La música también les enseña a expresar y a comunicar lo que no podemos articular con palabras. Gracias a cantar las canciones del abecedario, la de los números, utilizar los ritmos para aprender las tablas de multiplicar, o los colores, la música ayuda a los niños a aprender, memorizar, y retener información de forma mucho más rápida y por más tiempo.
Experiencia de la autora del artículo
Patricia Zárate de Pérez es profesora en el Departamento de Musicoterapia y el Berklee Global Jazz Institute, ambos en el Berklee College of Music, Boston, Estados Unidos y es fundadora del Centro de Musicoterapia de Panamá. Su página web es www.patriciazarateperez.com.
Desde que los bebés están en su sexto mes de gestación ya pueden responder a voces o sonidos externos. El habla y canto de las madres es sentido por el bebé que está en el útero y éste puede responder físicamente, moviéndose, o incluso fisiológicamente, acelerando su ritmo cardíaco. Así como el jazz, la música clásica, las baladas y boleros pueden proveer un ambiente grato para la madre y el bebé, el ruido intenso puede ser perturbador y dañino para los dos.
Según el Hospital Johns Hopkins los oídos de los niños pueden dañarse si están cerca de ruidos muy fuertes o si son expuestos a estos ruidos por mucho tiempo. La manera de medir el ruido es a través de los decibeles. Una conversación normal puede llegar a 60 decibeles. Un ruido de más de 85 decibeles puede causar sordera inducida por el ruido. Ruidos como los causados por fuegos artificiales, aviones, sirenas, e incluso un equipo de sonido muy fuerte, pueden causar sordera en niños (y adultos) ya que tienen un aproximado de 110 a 150 decibeles.
Contrariamente al ruido, el buen uso de la música puede ayudar al niño a desarrollarse sanamente. La música bien dirigida puede fortalecer el desarrollo incluyendo las áreas intelectuales, sociales, motoras y del lenguaje. Los bebés más pequeños (de 0 a 1 año) que escuchan música, responden e incluso pueden moverse con ella. Muy importante es que el volumen de la música utilizada sea bajo. Para ayudarlos a dormir, la música puede ser lenta, e incluso podemos mecerlos al ritmo.
Las madres y padres pueden utilizar canciones para conectarse con el bebé y crear una estructura para los eventos diarios con melodías para lavarse, comer, dormir, entre otras. Cuando las niñas y niños crecen, la música puede ser más rítmica y podrán bailar, tocar un tamborcito o soplar una flauta. De los 0 a los 3 años de edad, es muy importante que los instrumentos sean especialmente hechos para su edad y que no contengan puntas, bordes que los puedan cortar, o materiales tóxicos. Así también la diversidad de ritmos y estilos musicales es fundamental para extender la dimensión de los sonidos procesados y ampliar la imaginación sonora de los niños.
Para los niños que son más grandes (desde los 4 años en adelante) hacer instrumentos es muy divertido. El proceso de tomar una lata de soda, lavarla, secarla, ponerle unas piedras pequeñas adentro y cerrarla, puede transformarse en un proyecto de varias horas. Hacer una maraquita de lata puede ayudar al niño a tocar solo, acompañado con un grupo, o con su grabación favorita, e incluso puede hacer varias maraquitas de lata con diferentes rellenos para experimentar con diversos sonidos.
Desde los 4 años muchos niños ya pueden comenzar clases de música apropiadas para su edad. En estas clases los profesores de música usualmente se enfocan en la motivación musical y utilizan el movimiento, canciones muy fáciles de seguir y conceptos básicos de la música.
Dependiendo del niño, su nivel de concentración, su destreza motora fina y gruesa, es cuando los niños pueden comenzar a estudiar un instrumento musical. Muchos niños a los 6 años ya pueden sentarse en un piano y aprender a tocar canciones muy simples. Es fundamental que los niños de 6 a 12 años puedan estudiar música, experimentar con varios instrumentos y conocer qué sonidos son los que le gustan.
La educación musical es fundamental en el desarrollo de los niños y jóvenes ya que facilita la función cognitiva, el razonamiento lógico, entendimiento de conceptos y desarrolla los sistemas de la memoria.
La música bien utilizada puede traer consecuencias maravillosas en los niños, es nuestra aliada y debemos saber utilizarla. Si el niño se aburre con una clase de música, cambie el profesor, cambie el instrumento o cambie el programa. Nuestra relación con la música a largo plazo es más importante que el currículum impuesto por programas que muchas veces no siguen las necesidades o gustos de los niños.
La música es una herramienta poderosa que puede suministrar una constante fuente de inspiración para sus hijas e hijos. No perdamos la oportunidad que ésta nos ofrece.