La corrupción política es el acabose de la nación, y se manifiesta en pus por el tejido social. Desde la política, se busca sacar ventaja, no importa que sea ilegítima, y en forma secreta. Aunque después se destape el entuerto, en una época en que la tecnología ha desarrollado un rayo x ante cualquier hecho, positivo o negativo.
¿Cuál es la palabra del año? ‘Corrupción’, responden los internautas. Pregunto sobre la frase del año, y surge ‘No a la reelección’, mentolatum frente a la corrupción, que llegó a arrasar, además del voto no partidario o independiente, en los comicios de mayo.
Se lista los vocablos esperanza y caos. Ambas coexisten. El caos es universal, en una época marcada por la incertidumbre, y nuestros abuelos enseñaron que lo última que se pierde es la esperanza.
Frase que resuena en muchos oídos es “me grabaron, me grabaron”, versión de la fiscal general de la infidencia/declaración ante ella del presidente de la Corte Suprema de Justicia, Hernán de León. Nunca llegó a ser confirmada la frase, pero ella se atiza con agua bendita y es marcador del año.
¿Cuál es el nivel de corrupción de Panamá en relación con otras naciones? Las expresiones de este mal son el soborno, el tráfico de influencia, el fraude, la malversación, el compadrazgo, el caciquismo, la prevaricación, el nepotismo y su efecto es la impunidad, que lacera, empobrece y aquieta el progreso.
La palabra ‘corrupción’ ha sido una de las más escuchadas durante casi una década, que fue presidido por procesos sobre distintas aristas y actores de los últimos gobiernos, y con sobresaltos por las investigaciones en distintos países del mundo por los efectos, desde los denominados Papeles de Panamá, y los sobornos de ida y vuelta por funcionarios de 12 países en torno a la empresa Odebrecht, en los que figuran personalidades políticas de nuestro país.
Se ha repetido la historia, año tras año.
El año anterior una frase de cabecera fue ‘Vamos para Rusia 18’. Se concretó el milagro, inesperado, y la selección nacional de futbol mayor, por primera vez, pisó el gramado mundialista. Gracias a un gol fantasma, que solo vio un juez de línea (castigado con su no convocatoria a la Copa) y un gol de oro de Román Torres.
Escaramuzas verbales entre diputado veterano y uno de la nueva ola. Nace la frase “deja la infantitez”, lanzada por Robinson a Vásquez. No se usa ese término, y llamó la atención que fuera con yerro el reclamo/reprimenda/insulto/disputa.
Aunque surgida en Chile, una nueva forma del vocablo latino víctima (esa ‘c’ `por ‘s’, relajada) se ha aplicado en el lenguaje coloquial, sobre todo en las conversaciones juveniles y/o radiofónicas.
Frente a la debacle penintenciaria, se ha popularizado el decir de una señora, hastiada por las requisas a mujeres para visitar a familiares privados de libertad: “una metra no cabe en un tontón”. Tanta familiaridad con ese artefacto, AK-47, siglas en honor a su creador ruso, y término de origen francés: metralleta (o ametralladora).
‘Tontón’, palabra familiar y no peyorativa, como muchas otras, para nombrar el genital femenino.
El autor es periodista y docente.