Bilal Mansoor Khawaja, un integrante de la alta sociedad paquistaní, sonríe mientras acaricia un león blanco, uno de los miles de animales exóticos de su zoológico personal en la ciudad paquistaní de Karachi, donde prospera el comercio de especies salvajes.
En cambio, el importador de animales exóticos Aleem Paracha presume de poder entregar un león blanco en 48 horas por un precio de 1.4 millones de rupias (unos 8 mil 800 dólares).
Las especies autóctonas gozan de relativa protección en Pakistán.
Los animales importados corren peor suerte. La oenegé WWF se manifiesta en contra de esta práctica y le califica como maltrato.

