Esta semana se cumplieron los 90 años de María Estela Martínez de Perón –mejor conocida como Isabel Perón o más comúnmente como Isabelita– quién fungiera como la primera mujer presidenta de Argentina y, al mismo tiempo, como la primera mujer en ocupar tal magistratura en el mundo.
Originaria de la provincia argentina de La Rioja, Isabel Perón inicialmente soñó con triunfar en el ámbito de la danza. Ella formaba parte de una compañía de danza dirigida por el bailarín cubano Joe Herald, con quien tuvo la oportunidad de recorrer América Latina durante la década de 1950.
Por cierto, el nombre Isabel Perón surgió a raíz de que ella lo escogió como su nombre artístico, derivado de su nombre de confirmación religiosa, en referencia a la santa Isabel de Portugal.
Hay versiones encontradas sobre cómo Isabelita conoció al general Juan Domingo Perón. De acuerdo con el diario argentino Perfil, Perón conoció en 1955 a la que en ese entonces tenía el seudónimo de Isabel Gómez, mientras ambos se encontraban en el cabaret caraqueño Pasapoga en Venezuela, que en aquella época era conocido como “la sala de fiestas más famosa del mundo”.
Su afinidad con el papa Francisco.
El diario ‘La Nación’ aseguró que la expresidenta argentina ha mantenido su fervor religioso en los últimos años. Isabelita Perón aseguró que lee todas las encíclicas del sumo pontífice –también argentino– con detalle.
Otra versión, en cambio, afirma que ambos se conocieron en el cabaret Happy Land de Panamá durante ese mismo año, en medio del periplo por América Latina que emprendió Perón después de exiliarse tras sufrir un golpe de Estado conocido como la Revolución Libertadora, a finales de 1955.
Después de mantener una relación durante seis años con Perón, ambos se casaron en 1961 y se establecieron en Madrid, España. Perón la hizo dar a conocer en 1964 como su emisaria y, de hecho, ella fue una de las responsables de propiciar el regreso de Perón a Argentina después de 18 años de exilio.
Durante la década de 1960, Isabel demostró su músculo político como emisaria de Perón al reunirse en Argentina con aquellos dirigentes peronistas que llevaban la resistencia a la dictadura de ese entonces, logrando la reorganización del peronismo bajo las directrices del general, en un contexto en el que el peronismo estaba proscrito de la vida política argentina.

Marido y mujer
El 27 de julio de 1973 se anunció la fórmula presidencial Perón-Perón, compuesta por el general Perón y su esposa Isabelita.
Según Perfil, ella llegó a ser la acompañante de la candidatura de Perón al prometerle que “la única persona que no lo va a traicionar soy yo”, refiriéndose a las luchas internas del peronismo que alejaban cada vez más a Perón de reconquistar nuevamente la Presidencia.
Una vez ganaron las elecciones con más del 60% de los votos, la vicepresidencia de Isabel Perón fue corta a raíz de los problemas de salud que enfrentaba su marido. Cuando Perón murió el 1 de julio de 1974, Isabelita Perón asumió la presidencia de Argentina.
Su gobierno ha sido cuestionado hasta el día de hoy. El diario español El País, inclusive, llegó a calificarlo como “el desgobierno de Isabelita Perón”. Principalmente, se le atribuye a la viuda del general Perón la responsabilidad de acrecentar la represión política y mantener la economía al borde del caos.
El 24 de marzo de 1976, Jorge Videla junto al mando militar derrocaron a Isabelita y la sacaron detenida de la Casa Rosada. Ella lo recuerda como una traición de su familia política.

“El mismo día que falleció el general Perón presenté mi renuncia y no me la aceptaron. Los militares me dijeron que no hiciera eso, alegando que no me debía sentir sola porque todos me iban a ayudar”, recordó en declaraciones al Canal 13 de Argentina en 1993.
Después de su detención, Isabelita se exilió en Madrid en 1981 y desde entonces ha mantenido un bajo perfil en la vida social de ese país.
Terminada la dictadura militar en 1983, Isabelita fue en varias ocasiones a su país para reunirse con los mandatarios, como Raúl Alfonsín y Carlos Menem, así como otros dirigentes peronistas.
Aunque la tranquilidad de su exilio parecía interrumpida por los pedidos de extradición en su contra a comienzos de 2007 por delitos de lesa humanidad cometidos durante su mandato, Isabel Perón llegó a los 90 años en un chalet de Madrid, donde su salud es cuidada a diario y pocos amigos averiguan su estado de ánimo.
De acuerdo con el diario La Nación, pasa los días leyendo y tomando apuntes para sí misma de aquellos recuerdos de su vida que considera “demasiado dolorosos”.

