Los diablos rojos, esos autobuses de transporte masivo que por décadas han circulado por las calles de la ciudad de Panamá, forman parte del imaginario urbano del país.
Sus colores y diseños, así como las memorias que se asocian a estos autobuses, serán representados en la exposición Piquera: encre et couleur (Piquera: tinta y color) de la artista plástica Yazmín Miranda, que tendrá lugar en la Alianza Francesa del 8 al 23 de julio próximo. La entrada es gratuita.
Como parte de la imagen del país
Yazmín Miranda relató que una de las experiencias imprescindibles para que los turistas extranjeros experimenten la realidad panameña es emprender un viaje en un diablo rojo. Otra característica a resaltar son los diseños que se ubican en la parte trasera de los ‘diablos rojos’, que no sólo representan a personajes, sino que ofrecen un viaje a sitios turísticos del país y el mundo.
Además de resaltar el carácter histórico del ‘diablo rojo’ para el país, las obras de Miranda utilizan una gran variedad de colores y texturas que buscan transmitir el dinamismo que caracterizan a estas unidades de transporte.
Después de la llamada tragedia de La Cresta del 23 de octubre de 2006, en la que murieron 18 personas calcinadas dentro de un diablo rojo, el debate sobre la eliminación de este sistema de transporte motivó a muchas personas como Miranda a documentar cómo lucían estos vehículos, especialmente por sus diseños artísticos.
“Yo quería inmortalizar a los diablos rojos y lo que significaban para el entorno urbano de la ciudad capital, y también cómo forman parte de la identidad panameña”, explicó.

La propuesta artística fue aprobada por la Alianza Francesa de Panamá para ser presentada en el 2020, pero la llegada de la pandemia retrasó los planes. Finalmente, será expuesta durante el mes de julio.
En 2010, la mayoría de los diablos rojos fueron sacados de circulación de las principales rutas de la capital para dar paso al Metro Bus. No obstante, muchos de estos todavía dan servicio en rutas que no cubre el sistema Metro Bus.
Para Miranda, el diablo rojo se asocia con la rutina. “Es algo normal para todos. Cuando tenía cinco años de edad, teníamos que pararnos bien temprano para montar una ‘chiva’ para después ir a una piquera y abordar el diablo rojo para ir a la escuela. La gente entraba por todos lados al bus. Mi papá me lanzaba a la ventana de emergencia para que cogiera un puesto. Era una aventura de todos los días, y ese desorden se volvió normal para todos los panameños”, recordó.
La técnica utilizada por Miranda es la fotoserigrafía, por lo que la artista tuvo la idea de trasladar estas fotografías al software de edición Photoshop, en un proceso parecido para revelar el negativo en la fotografía análoga.
“En este caso, estoy revelando el positivo y realizando la impresión en acetato, un material que se utiliza tanto en los retroproyectores como en los discos de vinilo. Esto me ayuda a mí a realizar el revelado fotosensible en un cuarto oscuro, tal como se hace con la fotografía análoga”, relató. Después de ese proceso, se plasma en una malla serigráfica en la que se reflejan los diseños.



