Las palabras “asimetría”, “borde”, “color”, “diámetro” y “evolución” constituyen el “ABCDE” de los signos que diferencian un lunar benigno o normal de uno que sea maligno o cancerígeno, siendo el melanoma el tipo de cáncer de piel más agresivo. (ver infografía).
Si un lunar es asimétrico, es decir, que una mitad de este no logra coincidir con la otra es un signo de alarma de melanoma, explica la dermatóloga Rosa España. En otras palabras: si se divide un lunar por la mitad y si una parte se ve diferente a la otra, se trata de una advertencia, menciona el dermatólogo Juan Erasmo González.
El lunar requiere especial atención si sus bordes son irregulares o no son redondeados, aclaran los médicos.
En caso de que el lunar no tenga un color uniforme, cuente con dos o más colores o si registra cambios en su tono, también es una señal de anomalía.
Otro signo de riesgo de presencia de melanoma es que el lunar tenga un diámetro o tamaño mayor al borrador de un lápiz, o sea que sea mayor a seis milímetros, coinciden los dermatólogos.
Y si el lunar ha registrado algún cambio particular que incluya el crecimiento de este, esta evolución debe ser considerada como una advertencia, plantea el doctor González.
Los lunares que cuenten con más de uno de estos signos deben ser extirpados, agrega. No obstante, los lunares malignos, incluso el melanoma, “pueden ser simétricos, tener un color uniforme con bordes regulares y ser menores a seis milímetros. Por este motivo, es importante la revisión de cualquier lunar nuevo o que presente cambios por un médico especialista”.
¿QUÉ ES UN LUNAR?
Los lunares más comunes son manchas o protuberancias en la piel en que se han agrupado células pigmentadas llamadas melanocitos.
Por lo general, estas células se distribuyen uniformemente en la piel, explica el doctor González. “Si estas células se agrupan, se forma un lunar. En la mayoría de los casos se observa una manchita de color marrón claro a oscuro en la piel”.
TIPOS de cáncer
El principal factor de la aparición del cáncer de piel es la exposición solar sin protección, además de la predisposición genética, la edad avanzada y el tono de piel, indica González.
De acuerdo con la doctora España, las personas de tez blanca, en especial aquellas de ojos claros y cabellos rojos o rubios, tienen más riesgo de desarrollar cáncer de piel, del cual existen tres tipos.
La aparición del melanoma, que la mayoría de las veces se ve como una mancha oscura que va creciendo, es atribuible a la radiación ultravioleta del Sol o fuentes artificiales (cabinas bronceadoras) en dos de cada tres casos, dice González.
La incidencia del melanoma es menor, pues representa solo un 5% de los cánceres de piel; sin embargo, es el más agresivo de todos.
“El melanoma que se disemina [metástasis] no es curable, y es el responsable de más del 70% de las muertes por cáncer de piel. Una sola quemadura solar con ampollas en la juventud duplica el riesgo de padecer un melanoma. Se estima que cada hora muere alguien de melanoma en el mundo”.
En cambio, el tipo de cáncer de piel más frecuente, según González, es el carcinoma de células basales que con frecuencia se ve perlado, crece lentamente y casi nunca se disemina.
El segundo en frecuencia es el carcinoma de células escamosas, que suele verse rojo y abultado, crece más rápido que el carcinoma de células basales y, en algunos casos avanzados, da metástasis.
El cáncer de piel ocupa la sexta posición de los casos atendidos en el Instituto Oncológico Nacional (ION), con 182 casos en 2012; 160, en 2013; y 166, en 2014, según el Registro Hospitalario de Cáncer del ION.
para evitar el cáncer
Los cánceres de piel se originan de una mutación en el ADN de la piel, afirma el doctor González. “Afortunadamente, casi todos los cánceres de piel que son detectados en etapas tempranas son curables con cirugía”.
Para evitar su desarrollo, aconseja no exponerse al Sol entre las 10:00 a.m. y 3:00 p.m., usar un bloqueador con protección de amplio espectro para la radiación ultravioleta A con índice PPD (pigmentación en la piel duradera) de 10 o mayor, y para la ultravioleta B con índice FPS (factor de protección solar) de 30 o más alto, utilizar lentes con 100% protección ultravioleta y aplicar bloqueador de barra en los párpados para que la radiación entre a los ojos.
La doctora España agrega llevar sombrero de ala ancha (de cuatro pulgadas), vestirse siempre con ropa protectora, así como utilizar un espejo para autoexaminar la piel de forma periódica.
Incluso, hay apps gratuitas, como FotoSkin para Android o iOS, con el fin de dar seguimiento a las alertas del cáncer de piel. Según el doctor González, esta es una herramienta tecnológica de ayuda para el paciente y su médico. “Mediante esta aplicación, las personas podrán obtener un registro fotográfico para dar seguimiento a sus lunares, conocer factores de riesgo personales y recibir consejos sobre fotoprotección, entre otros beneficios. Además, puede solicitar recordatorios para su cita con el dermatólogo”.

