1
Como fumador, solo corro el riesgo de desarrollar cáncer pulmonar. Falso. El cigarrillo también produce cáncer esofágico, gástrico, pancreático, cervical, así como de laringe, hígado, vejiga, riñón, de cavidades nasales, etc.
2
El cigarrillo solo afecta mis pulmones. Falso. Además de alterar la función pulmonar, afecta a todos los órganos, siendo capaz de producir más de 50 enfermedades. Afecta el cerebro y la psiquis, causando apoplejía (accidente cerebro vascular), adicción y abstinencia y altera la química cerebral.
Fumar, además, perjudica a los ojos, pues conlleva a la ceguera, cataratas, etc.
La salud bucal del fumador se altera, ya que trae la enfermedad periodontal, gingivitis, periodontitis, etc.
Fumar, además, causa dolor de garganta, disminución del sentido del gusto y halitosis (mal aliento).
El corazón también sufre al fumar, pues causa trombosis coronaria, aterosclerosis, entre otros.
La piel de los fumadores también se afecta. La psoriasis, pérdida del tono cutáneo, envejecimiento prematuro son algunos de sus rasgos.
3
Fumar aleja mi sueño de convertirme en madre o padre. Cierto. El cigarrillo afecta la reproducción femenina. Trae insuficiencia ovárica prematura, menopausia temprana y disminución de la fertilidad. El cigarrillo afecta la reproducción masculina, causando infertilidad, deformación espermáticas e impotencia sexual.
4
Un cigarrillo no me hará daño. Falso. Un solo cigarrillo es una bomba para la salud, pues contiene entre seis a 11 miligramos de nicotina. La nicotina, que es un alcaloide vegetal, se absorbe y su acción es casi inmediata, ya que llega al cerebro en siete segundos, y en consecuencia se excitarán las dos áreas (sistema mesolímbico y el locus ceruleus) donde existe un mayor número de los receptores nicotínicos que exigirán cada vez más nicotina al fumador, y de ahí pasará a la adicción.
5
Respirar el humo de segunda mano no me hace daño. Falso. Las personas que respiran el humo de tabaco en los ambientes donde están fumando, a los que se les llama “fumadores pasivos”, también contraen las mismas enfermedades que los fumadores. Un estudio realizado en Japón reveló que el 40% de las mujeres que tenían esposos fumadores se morían más de cáncer de pulmón que las que vivían con maridos no fumadores.
6
Yo fumo cigarrillos light; esos no son peligrosos. Falso. Fumar cigarrillos suaves o light o ultra light son tan peligrosos como los cigarrillos corrientes. El nivel de nicotina y alquitrán se mantiene en estos cigarrillos.
7
¡Yo puedo dejar de fumar cuando quiera! Falso. Al abandonar el cigarro la persona experimenta síntomas de abstinencia (nerviosismo, frustración, ansiedad), por lo que siente que necesita fumar. En los adolescentes estudiados en la “Encuesta Mundial de Tabaquismo en Jóvenes”, entre el 60% al 80% que viven en América Latina, entre las edades de 13 y 15 años, han intentado dejar de fumar sin éxito. Por esta razón en Panamá se han creado las clínicas de cesación del Ministerio de Salud y la Caja de Seguro Social.
8
Si dejo de fumar me enfermaré. Falso. 20 minutos después del último cigarrillo la presión arterial, el pulso la temperatura de pies y manos se restablecen y habrá más oxigenación en la sangre.
Las terminales nerviosas se acostumbran a la ausencia de nicotina, mejora el gusto y el olfato.
Los bronquios se relajan, por lo que se respira mejor. Caminar se hace más placentero, disminuye la tos, así como también la congestión nasal, la fatiga y la falta de aire. Aumenta la energía, disminuye el riesgo de morir de una enfermedad cardíaca y pulmonar a la mitad.
9
Creo que antes el cigarrillo no hacía tanto daño a la salud. Mi abuelo fumaba y murió por una falla del corazón. Cierto. Tiempo atrás los cigarrillos se enrollaban a mano en un papel y ponían las hojas de tabaco con menor cantidad de nicotina y alquitrán. Ahora la industria tabacalera ha hecho muchas investigaciones para perfeccionar la producción de cigarrillos y la gente piensa que el cigarrillo contiene esos dos elementos solamente. Hoy día los cigarrillos contienen alrededor de 600 sustancias, como amoníaco, y venenos como arsénico o cianuro.
(La autora es la presidenta de la Coalición Panameña contra el Tabaquismo)