Alida de Fábrega tenía nueve años cuando leyó el cuento El maravilloso mago de Oz, del escritor estadounidense Lyman Frank Baum (1856-1919).
Encontró el ejemplar en la biblioteca de su escuela primaria. Desde entonces, las aventuras de Dorothy Gale en Oz le cautivaron.
“Oz era un lugar donde cualquier cosa podía suceder, en el que la imaginación tenía rienda suelta. Todos tenemos un mundo interior, un universo donde la mente se desenvuelve paralelamente a la realidad física”, recuerda la ahora productora de teatro panameña.
Opina que el camino amarillo hacia Oz, en el fondo, es el sendero de la vida que “alguien nos ofrece, y nos indica cómo hemos de seguirlo. Sobre la marcha encontramos dificultades que debemos resolver para poder continuar, y las resolvemos mejor si nos ayudamos los unos a los otros”.
Desde 1900, cuando se publicó el cuento, le ha enseñado a millones de personas del planeta que “todo logro exige sacrificio y que todo en el universo está conectado”, considera esta ingeniera industrial y de sistemas, graduada en Georgia Institute of Technology.
“¿Quién no se ha sentido perdido como Dorothy? ¿Quién no ha tenido miedo o se ha sentido excluido como los personajes de esta historia? Todos compartimos la felicidad de los personajes del cuento cuando alcanzan su sueño, porque anhelamos ser nosotros mismos los que logramos alcanzar esa meta”, reflexiona quien ha producido espectáculos de danza y de teatro.
Su amor por esta trama ha llevado que Alida de Fábrega produzca El mago de Oz, musical que se presenta del 11 al 30 de abril en el Teatro en Círculo.
