En él se celebró el Congreso Anfictiónico de Panamá de 1826. Fue organizado por Simón Bolívar, con la intención de que América Latina lograra unir sus fuerzas y consolidarse como países hermanos.
El 22 de junio de aquella fecha se reunió en la ciudad de Panamá el Congreso Anfictiónico convocado por el Libertador Simón Bolívar. Para ello, se utilizó la sala capitular del Convento de San Francisco de Asís, sala que conocemos hoy con el nombre de Salón Simón Bolívar. Esta connotación histórica fue uno de los elementos tomados en consideración para declarar todo el Casco Antiguo como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1997, explica el oficial de protocolo de la Cancillería Panameña, Francisco Márquez. La sala está encerrada en una estructura de cristal que la protege del clima, la humedad, la temperatura y la sal.
Fue inaugurada en el año 2000 con ocasión de la Décima Cumbre Iberoamericana. Los trabajos de restauración contaron con el apoyo del Gobierno de Taiwan durante el mandato de Mireya Moscoso (1999–2004).
Y ahora, en 2015, gana relevancia con la reunión de la Cumbre de las Américas, cita en que se espera tener la presencia de la mayoría de los mandatarios de la región. Además, se celebran 200 años de la Carta de Jamaica que escribió Bolívar el 6 de septiembre de 1815, que muestra su intención de que una vez los países lograran su independencia, debían reunirse como naciones hermanas, recalca Márquez.
El salón sigue vivo debido a los tres eventos protocolares que realiza la Sociedad Bolivariana de Panamá fundada en 1929. Celebran el aniversario del Congreso (22 de junio), el nacimiento de Bolívar (24 de julio) y su muerte (17 de diciembre).
El Salón Bolívar es una estructura de calicanto con puertas que presentan un tallado exquisito. En el interior se encuentra la mesa de sesiones de la Sociedad Bolivariana de Panamá, con siete sillones de altos espaldares revestidos de cuero rojo.
El mobiliario en este salón fue un obsequio del gobierno de Ecuador, en conmemoración del 150 aniversario del Congreso de 1976. Las sillas son taburetes hechos de madera caoba, pintados a mano por artesanos ecuatorianos. El piso es una copia del original que se puede observar a través de un vidrio en el centro del salón.
Alrededor de la sala se pueden observar pinturas de los asistentes al Congreso de 1826. Los cuadros fueron donados en 1956 por cada uno de sus respectivos gobiernos en reconocimiento del 130 aniversario de la reunión. Las banderas de los países bolivarianos visten de gala al salón.
Las actas originales del congreso reposan en el Museo Bolívar.
Rosa de los vientos
El Ministerio de Relaciones Exteriores guarda una réplica de la espada del Libertador y documentos originales del Congreso Anfictiónico de 1826.
En lo que era el patio central del Palacio Bolívar, se ha diseñado la Plaza de los Libertadores como homenaje a todos los que lucharon por la independencia latinoamericana. Allí se encuentra la Rosa de los Vientos, un piso que marca la orientación de cada pabellón y representa la integración de América Latina cumplida por el Hombre de América, cuyo busto preside el área del palacio que lleva su nombre.
El edificio ocupa 10 mil metros cuadrados, 2 mil 500 pertenecen a la plaza.
Sede en un Palacio
El edificio albergaba en un principio el convento de los franciscanos. Era muy sencillo. Primero se construyó de madera, pero lo devastó un incendio en el siglo XVIII. En 1771 se reconstruyó la iglesia y el convento con obras de mampostería. Después de que Panamá declaró su independencia en 1821, fueron expulsados los monjes franciscanos y otras órdenes religiosas.
El edificio se empleó como cuartel militar para formar al Batallón del Istmo que apoyaba las batallas de América del Sur lideradas por Simón Bolívar. Este cuerpo le permitió al libertador consolidar la independencia de Perú en 1824.
El edificio fungió como hospital para extranjeros en condiciones deplorables por la situación política, social y económica que se estaba viviendo a raíz de los conflictos en Colombia. Durante el siglo XIX fue sede del Colegio Nacional Balboa, bajo la dirección de los hermanos escolapios. Cerró con el inicio de la Guerra de los Mil Días.
Terminada la guerra, en 1903 Panamá declara su separación de Colombia y se notifica al mundo como la República de Panamá. El edificio había estado abandonado por un tiempo. Entonces fue adquirido por los hermanos de las escuelas cristianas de La Salle.
Según la tradición académica, gran parte de la infraestructura del pasado siglo se amoldó a diferentes cuerpos colegiados. Los hermanos lasallistas antes de transformar el edificio en el Colegio La Salle lo demolieron y luego edificaron tres pabellones de estilo neoclásico. Juana de Arco fue declarada la santa patrona de Francia en 1920, y al ser la congregación de La Salle originaria de Francia se honró a la heroína con el nombre del primer pabellón edificado en 1921.
En 1926 se levantó el segundo edificio, el Juan Bautista de la Salle, beatificado por el papa Pío XII por haber fundado la congregación religiosa de los Hermanos de las Escuelas Cristianas de La Salle.
El tercer pabellón es el más grande de todos. Se construyó en 1931 cuando estaba de moda extender los edificios por encima del mar. Se llama Constitución debido a que ahí se reunió la primera Asamblea Constituyente de la República en 1904.
Más adelante estuvieron el Colegio San Agustín, el Instituto Bolívar, que compartió espacio con el Comercial Bolívar, y el Primer Ciclo América. El Instituto Bolívar se trasladó en 1999 a su sede actual de Balboa.
Con el cambio de milenio comenzaron los trabajos de restauración con el arquitecto Álvaro González Clare para hacer del edificio la sede de la Cancillería y el Museo Bolívar.
EL CUARTO Pabellón
Cuando se estaba restaurando en 2002, se encontraron restos de calicanto pertenecientes al edificio en el siglo XVIII.
El último edificio, llamado El Centenario, es relativamente nuevo en comparación con los anteriores e imita su estilo neoclásico. Se inauguró en 2003 para conmemorar los 100 años de la República de Panamá, y se levantó sobre las ruinas del convento anterior.
Ahora es sede del Ministerio de Relaciones Exteriores, el principal canal de comunicación entre el Estado panameño y la comunidad internacional. Márquez hace una aclaración de que es una de las pocas Cancillerías que permite el acceso tan fácil de nacionales y extranjeros.







