Un palacio de los albores republicanos

Un palacio de los albores republicanos
El edificio forma parte del conjunto de monumentos del Casco Antiguo de la ciudad de Panamá, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1997 por la Unesco.

Es uno de los edificios que mejor se conservan del Casco Antiguo y, por ende, resguarda la esencia del país. Por algo se llamó Palacio Nacional y ahora lo recuerdan como Palacio de Gobierno, y no sobran los motivos.

El 3 de noviembre de 1903, el país se convirtió en la República de Panamá tras un periplo crepitante de acciones independentistas. Desde un principio la capital fue la ciudad de Panamá, habitada entonces por 60 mil personas que querían tener edificios oficiales con una impronta propia.

Ubicado entre las calles 2a y 3a estaba el Convento de la Concepción, mejor conocido como Cuartel de monjas. Desde el siglo XVII había sido un convento. En 1865 pasó al Estado con funciones de cuartel y teatro.

Se demolió la infraestructura de inspiración colonial para dar comienzo a la construcción del Palacio Nacional. El elegido para este proyecto fue el italiano Genaro Ruggieri, arquitecto de mayor producción de obras neoclásicas de Panamá. La obra se financió con dinero otorgado por Estados Unidos al adquirir los derechos de construcción del Canal.

Se restauró en la administración de Mireya Moscoso (1999–2004). El aspecto arquitectónico estuvo a cargo de Hache Uve, S.A. y Arosemena & Asociados, S.A. El interior fue responsabilidad de Anton W. Rajer, quien rescató gran parte de las pinturas, cielo raso, molduras y acabados que fueron cubiertos por capas de pintura.

La obra maestra de Ruggieri

La construcción del Palacio Nacional y del Teatro Nacional empezó el mismo día, el 9 de noviembre de 1905. Ambas obras culminaron el 27 de marzo de 1908, y constituyen los primeros edificios de su género de la República.

Noris de Rivera, funcionaria del Departamento de Información y Relaciones Públicas del Ministerio de Gobierno, hace hincapié en la importancia del edificio. En 1908 albergó los tres órganos de Estado cuando José Domingo de Obaldía era presidente (1908–1910). Fue sede de la Secretaría de Gobierno, de Fomento y Obras Públicas, de la Secretaría de Instrucción, la Tesorería General de la República, la Dirección General de Estadísticas y del Ministerio de Relaciones Exteriores.

Ruggieri diseñó el Palacio Nacional con cuatro pabellones alrededor de un patio central. Consta de tres pisos y la última planta fue agregada en la década de 1920.

Se instalaron mosaicos a la veneciana en los pasillos del primer piso y mosaicos de madera fina en algunas salas. El vestíbulo principal estaba destinado al poder Ejecutivo. Se pueden apreciar las figuras que hacen honor a la libertad y soberanía del país, recuerda Rivera.

Patio Central

Con más de 200 metros cuadrados de superficie, el patio central permitía la circulación entre los diferentes pabellones. Los grandes arcos daban la iluminación suficiente. El piso original de granito fundido en el sitio con juntas de bronce evidencian momentos exquisitos en ceremonias y recepciones.

Sin embargo, la propuesta de Ruggieri contaba con un solo desagüe y cada vez que llovía se inundaba el patio. Rivera recuerda que en el siglo XX la solución consistía en poner bloques y persianas para así cerrar el acceso al patio. Durante los estudios previos a la restauración, los arquitectos Félix Correoso y Raúl A. Murillo N. cayeron en cuenta que los inconvenientes con el agua seguían en los pisos superiores, y entre las décadas de 1940 y 1950 se cerraron las arcadas del patio con bloques de hormigón y Miami windows.

Además de destruir la configuración espacial, artística y funcional del patio, terminó por convertirse en un depósito abierto.

Cuando restauraron el Palacio Nacional, le agregaron una cubierta de policarbonato, un material liviano y traslúcido, y tubos de acero galvanizado para canalizar el agua en el techo. De esta manera se protegió el patio de las lluvias, hubo más ventilación y se reutilizó el espacio.

Salón DE MANDO

El salón de la Nacionalidad estaba destinado a ser la sala de reuniones del presidente. A un lado estaba el despacho del ministro de Relaciones Exteriores y al otro costado, hacia el mar, el despacho del presidente de la República.

El cielo raso fue decorado por el italiano Enrico Corrado y, por suerte, no sufrió muchas alteraciones desde su colocación en 1908. Incluía alegorías al gobierno, como la antorcha de la libertad y el laurel de la fama.

La decoración de los muros había sido hecha con plantillas, pero se cubrió con pintura en los años de 1940. Rivera explica que el salón de la Nacionalidad fue restaurado bajo la administración de Ernesto Pérez Balladares (1994–1999). El piso original se perdió y se reemplazó por uno de parqué. Sus lámparas son las únicas originales que conserva el edificio.

El ‘lobby’

El salón de Los Medallones era en un principio la antesala del despacho del presidente José Domingo de Obaldía. El nombre se deriva de los 12 retratos de los primeros gobernantes de Panamá. Colgaban alrededor del salón. Se conservan tres pinturas firmadas en 1908 por el artista Sebastián Villalaz.

El techo exhibía ángeles, querubines, medallones y hojas de acanto. La decoración original estaba cubierta por 10 capas de pintura. Se ha recuperado parte de la decoración del cielo raso.

El salón Legislativo

El salón de los Diputados tiene buena parte de la decoración del mural original del edificio. Este recinto se vio afectado por la humedad, las inclemencias del tiempo, el salitre y las filtraciones.

El presidente Florencio H. Arosemena ordenó en 1930 una ampliación del edificio, y entonces se agregó otro piso. Se cubrió la decoración original con capas de pintura, con lo que perdió el lenguaje decorativo de Gennaro Ruggieri y de Enrico Corrado. Se ocultaron tres columnas de hierro fundido con ladrillos y un muro macizo de concreto.

Al caer en desuso, se convirtió en un depósito húmedo ideal para albergar hongos. Al inicio de la restauración se contaron siete capas de pintura superpuestas a la decoración original. Los trabajos en esta sala demoraron 25 meses, y se ha recuperado cerca del 72% de la decoración original.

En la actualidad

El Palacio Nacional se volvió sede del Ministerio de Gobierno, porque los salones protocolares del poder Ejecutivo se mudaron al Palacio de las Garzas.

En el año 2000 se creó la Oficina del Casco Antiguo para restaurar los edificios ubicados allí, entre ellos el Palacio Nacional. Entonces, el Gobierno de Taiwan cooperó con una donación de 3 millones de dólares. El costo final de la obra fue de 5 millones. Se terminó en 2003.

Está en marcha la licitación pública referente a la reparación y mantenimiento de pintura, pisos, techos, acondicionadores de aire y servicios sanitarios del actual edificio del Ministerio de Gobierno.

Fuentes:

‘El Casco Antiguo de Panamá’, Cultura Metropolitana

‘Panamá: El Casco Antiguo – Edición Especial’, Editart S.A.

‘Arquitectura Panameña: Descripción e Historia', arquitecto Samuel A. Gutiérrez

‘La ciudad imaginada: Historia social y urbana del Casco Viejo de Panamá’, Alfredo Castillero Calvo


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