José María Olivella, el padre, cuenta sus historias sobre el personaje más famoso de la literatura en español desde la pintura y su hijo Tete captura lo hermoso del medio ambiente panameño desde la fotografía.
Ahora unen talentos para presentar la colectiva “Olivella2”, que se llevará a cabo mañana 29 de septiembre y el 1 de octubre en el Urban Riande Granada Hotel.
La pasión de José María por la pintura surgió cuando a Tete le pusieron una tarea escolar: “pintar un cuadro al óleo. Le compré pinceles, canvas y óleos. Al terminar el cuadro, le pregunto: ‘qué haces ahora con esto que sobró’. Me dijo que ya no tenía nada que hacer con eso y que me podía deshacer de ello. Yo, al contrario, lo aproveché para pintar mi primer cuadro”.
Tete cuenta que entre los hermanos de su padre era su progenitor “el único que no sabía pintar. Y las vueltas que da la vida, él es el único que ahora vive de esto y ha creado un estilo muy peculiar”.
De las imágenes que captura su hijo, José María destaca “el atrevimiento y coraje para plasmar estas fotografías tan relajantes y espectaculares”.
Sobre su padre, Tete comenta que “está sumergido en el mundo del Quijote, como dice él cada vez que termina un cuadro: ‘Mira esta quijotada que me salió’. Yo lo quiero y admiro mucho y es todo un placer que mi primera exposición sea de la mano de mi héroe”.
“Quien persevera alcanza. Desde hacía tiempo lo habíamos comentado, hasta que llegó el momento soñado. Es para mí una gran emoción exponer mis Quijotes junto a la majestuosidad de sus logros fotográficos”, destaca José María.
TERAPIA PLÁSTICA
La pintura para José María es una terapia. “Siento emoción al ver todo lo que te puede salir de la mente y lo puedes plasmar en la tela”.
En esta muestra presenta una serie de cuadros en homenaje al Quijote, la novela clásica de Miguel de Cervantes Saavedra. “Al celebrarse los 400 años de su primera edición, me apasioné por este personaje y, desde 2005 que se conmemoró, he pintado más de 500 cuadros del Quijote”.
La parte que le corresponde en esta exposición la define como “una propuesta diferente, atrevida y un poco loca, plasmándola en telas con óleos y acrílicos. En estos cuadros se ven representadas las miles de anécdotas, alegrías, emociones, pasiones y melancolías, tal como las vivió el Quijote acompañado de Sancho Panza”.
Desea que sus pinturas transmitan un mensaje sobre la importancia de la humildad, que el ser humano debe ser más comprensivo y tolerante, y que todos deben luchar por sus metas.
IMÁGENES PINCELADAS
Tete practica el stand up paddle (SUP, surf de remo), y pertenece a la Banda del Puente, cuyos miembros reman con frecuencia bajo el puente de Las Américas.
Las 13 chicas que aparecen en las fotografías de esta muestra son amigas suyas y “comparten esta pasión del SUP, y se me ocurrió la idea de que remaran sobre sus tablas vestidas con trajes de salir y en un ambiente totalmente selvático, ya que tanto daño le hacemos a la ecología, es una manera de rendirle tributo”.
Después de tantos años de andar cámara en mano, expone su trabajo. “En este momento de mi vida pienso dejar un legado a mis hijos. Espero que al público les agrade, que valoren nuestro medio ambiente y yo poder aportar un granito de arena a las conciencias de quienes derriban estas catedrales verdes llamadas selvas, que al estar en ellas nos sentimos mucho más cerca de Dios”.
Para no exponer simples fotos, les hizo un tratamiento “al lienzo donde está impresa la fotografía para que se acerque al arte de mi papá. El resultado fue increíble”.





