Los parabenos son los conservantes más utilizados “tanto en la industria cosmética como en la alimentaria y la farmacéutica”, señala Ricardo Suárez Fernández, jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Gregorio Marañón de la capital de España.
“Son una familia de alquil-ésteres del ácido para-hidroxibenzoico. Los ésteres más empleados son el metil, el etil, el propil, el butil y el bencilparabeno. Todos son ampliamente utilizados, dadas sus óptimas características, ya que se trata de moléculas inoloras, incoloras, no volátiles, eficaces en un amplio margen de PH y económicas”, explica Luis Conde-Salazar Gómez, jefe del Servicio de Dermatología Laboral de la Escuela Nacional de Medicina del Trabajo del Instituto de Salud Carlos III de Madrid.
EN COSMÉTICA
“Los parabenos están entre los conservantes más usados en los productos cosméticos. Normalmente, un producto tiene más de un parabeno. A menudo, se utilizan combinados con otros conservantes para preservar el producto contra un amplio número de microorganismos”, indica la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés).
Esta entidad precisa que los conservantes se emplean en los cosméticos como protección contra la proliferación de microbios, tanto para proteger a los consumidores como para el mantenimiento de los productos.
Según expone el doctor Conde-Salazar, quien es también miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), “entre los cosméticos resulta difícil encontrar una máscara de pestañas o una sombra de ojos, incluyendo los que se proclaman como ´hipoalergénicos´, que no contenga parabenos”.
El especialista precisa que un estudio realizado con 215 cosméticos comercializados en Dinamarca encontró que el 93% de ellos contenía parabenos, en unas concentraciones que oscilaban entre el 0.01% y el 0.59%.
El éster más utilizado era el metilparabeno, presente en el 98% de los cosméticos que contenían parabenos. “Otro estudio realizado en Suecia demostró que el 80% de las cremas hidratantes contenía estos conservantes”, detalla el galeno.
EN FARMACIA
El uso de los parabenos también es amplio en la industria farmacéutica. “Se encuentran, por poner algunos ejemplos, en supositorios, jarabes, soluciones oftálmicas, contraceptivos, corticoesteroides, anestésicos locales, heparinas y otros medicamentos”, expone el doctor Conde-Salazar.
En el terreno de la alimentación, los parabenos “se usan principalmente en pastelería, helados, refrescos, fiambres, gelatinas y aceites. Las concentraciones de parabenos en estos productos suelen ser menores del 1%”, subraya.
Afirma que, si tenemos en cuenta todas las fuentes, es decir, cosméticos, medicamentos y alimentos, se estima que un individuo de 60 kilos está expuesto a 76 miligramos de parabenos al día (1.26 miligramo por kilogramo y día).
La FDA expresa que los cosméticos vendidos a los consumidores deben, por ley, detallar sus ingredientes en la etiqueta. “Esta es una información importante para que los consumidores puedan conocer si un producto contiene un ingrediente que ellos quieren evitar”, precisa.
Esta entidad añade que los parabenos son fáciles de identificar por sus nombres, por ejemplo, “methylparaben, propylparaben, butylparaben, o benzylparaben”.
En lo relativo a los efectos de estas sustancias sobre la salud, Suárez señala que, aunque es poco frecuente, pueden producir alergias de contacto. “Se ha implicado a los parabenos en una supuesta actividad hormonal que podría favorecer el cáncer de mama, las alteraciones tiroideas o la obesidad, aunque no hay datos ni mucho menos concluyentes”.
EFECTO HORMONAL
En cuanto a las alteraciones que estas sustancias podrían producir sobre la piel, el doctor Conde-Salazar destaca que hay que distinguir los efectos de los parabenos sobre la población sana de los que pueden tener entre quienes sufren alguna patología dermatológica.
El facultativo expresa que el problema más frecuente relacionado con el uso de parabenos es la dermatitis de contacto alérgica.
Según indica, “la primera publicación de eczema alérgico de contacto por sensibilización a parabenos tuvo lugar en 1940 y se debía a los conservantes utilizados en una crema antifúngica”.
“Durante las décadas de los años de 1960 y 1970 se responsabilizó a estos compuestos de la producción de eczemas de contacto duraderos, lo que llevó a la industria cosmética y farmacéutica a comercializar productos sin parabenos o paraben-free.
“Esta creencia tenía su base en la elevada tasa de sensibilización a este tipo de conservantes que presentaban los pacientes con dermatitis crónica, lo que puede explicarse, al menos en parte, porque en esos años era frecuente el uso de parabenos en elevadas concentraciones, pero quizás también porque se desconocía la cantidad de alérgenos que hoy valoramos”, aclara.
El dermatólogo afirma que, si los casos de eczema alérgico de contacto por preparados terapéuticos aplicados sobre piel dañada son relativamente numerosos, los casos de sensibilización a parabenos usados como conservantes de cosméticos y aplicados sobre piel sana “son raros”.
