La pista se diluía tras la muerte de su dueño hasta que, un siglo y medio más tarde, el piano del compositor Héctor Berlioz reapareció a un precio irrisorio en una web de venta entre particulares, un improbable hallazgo que hoy, tras desembolsar 66 mil 411 dólares, expone la casa-museo del músico francés.
Cuenta el director adjunto del centro, Antoine Troncy, que hace unos meses recibieron un sorprendente mensaje: una mujer anónima aseguraba poseer el famoso piano de Berlioz, obra del fabricante holandés Érard y de cuya existencia se sabía gracias a un inventario póstumo. Ningún coleccionista lo había localizado.
La propietaria argumentaba que el piano ocupaba un espacio excesivo. Era una herencia familiar -sus padres lo habían adquirido a un anticuario-, pero esta vecina de Normandía optó por subastar el instrumento en internet después de que los Traperos de Emaús lo rechazasen: “Demasiado voluminoso”, le dijeron.
“Tras ofrecerlo gratuitamente, lo puso en venta por apenas 895 dólares en una página web. Fue entonces cuando descubrió el número de registro, ató cabos y recibió las primeras ofertas”, relata Troncy, quien supervisó la verificación de la “extraordinaria noticia” y la posterior adquisición.
El departamento de Isre (este), donde se ubica el museo que dirige, acabó desembolsando 61 mil dólares -restauración y transporte incluidos- para hacerse con el piano y exponerlo desde el pasado 20 de junio en la Casa-Museo de Berlioz en La C te-Saint-André, villa natal del músico.
“Cuando las pujas alcanzaron los 11 mil 165 dólares, la propietaria retiró la oferta y nos contactó”, explica este historiador, porque “quería que el piano se conservase en Francia”.

