Hace 20 años una pequeña píldora azul llamada viagra ocasionó una revolución en Estados Unidos: permitió a millones de hombres volver a tener relaciones sexuales y destapó el hasta entonces tabú de la impotencia.
Pero la revolución sexual que generó dejó afuera a las mujeres con disfunciones y pérdida de la libido, que aún esperan un remedio milagroso que les permita volver a disfrutar de una vida sexual plena, sostienen los expertos.
Unas 65 millones de recetas de viagra, del laboratorio estadounidense Pfizer, han sido emitidas en todo el mundo. El medicamento fue aprobado por la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos, la FDA, el 27 de marzo de 1998, convirtiéndose en la primera píldora para ayudar a los hombres a conseguir una erección.
Los beneficios de este milagroso superventas se han promocionado en la televisión, en periódicos y revistas. Su comercialización coincidió con el auge del uso de internet y de la pornografía en línea.
Los precios
El viagra, o sildenafilo, fue desarrollado originalmente para tratar la hipertensión y la angina de pecho. Pero desde los primeros ensayos clínicos, los hombres descubrieron rápidamente un efecto inesperado: que mejoraba sus erecciones.
A partir de 15 dólares por unidad al principio, el precio se disparó hasta llegar a más de 50 dólares. Pero con el lanzamiento el año pasado de una alternativa genérica, el precio cayó a un dólar cada una.
“Somos una sociedad muy puritana y creo que el viagra nos ha relajado un poco”, dice Nachum Katlowitz, director del Servicio de Urología y Fertilidad del Hospital de la Universidad de Staten Island.
Pero “las mujeres quedaron fuera de la revolución para mejorar la sexualidad”.
