Se acabó la moda ‘hippy’, las peluquerías vuelven a abrir



Hacía semanas que Helmut Wichter, con su cabellera blanca rebelde, esperaba con impaciencia este momento. “Me parecía a Robinson Crusoe”, bromea este hombre de 87 años al salir de una barbería berlinesa.

Fue uno de los primeros que se benefició ayer de las tijeras y navajas expertas en varios países europeos, como Alemania, España, Croacia, Grecia o Eslovenia.

Como Wichter, muchos han afluido a los peluqueros tras semanas de cierre para frenar la propagación de la Covid-19. La federación del sector habla de una “avalancha”. “He venido aquí esta mañana y he visto que ya había gente esperando fuera”, dice Wichter, orgulloso de su nuevo corte de pelo.

Desde mediados de marzo, muchos alemanes se quejaban de que no habían podido cuidar su cabellera.

Algunos incluso recurrieron al mercado negro. La policía clausuró a finales de abril dos peluquerías clandestinas en el sótano de un barrio de Miltenberg.

Otros optaron por soluciones caseras: una de cada siete personas intentaron cortarse el pelo ellas mismas, según una encuesta del instituto YouGov.

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