En esta ocasión nos vamos a referir al conocido rabel, ese instrumento musical que según ciertos diarios se conoce desde la Edad Media, y que siendo muy parecido al violín se diferencia porque este último tiene cuatro cuerdas y el otro tan solo tres.
El rabel tiene caja de resonancia y casi las mismas medidas que el violín.
Vale aclarar que el nombre no se refiere al apellido del conocidísimo compositor Maurice Ravel, autor de esa famosa obra a la cual bautizó como El Bolero.
Es en las provincias panameñas de Herrera y de Veraguas, y más exactamente en Los Pozos, Ocú, Cañazas, Las Minas, Ponuga, Santeños y La Atalaya, donde se pueden escuchar rabeles.
Por allí también existen otros sitios en los que al mismo instrumento lo llaman “rabo de micho”.
Hay que ir a nuestro interior, y de manera más propia a los festivales, y visitar ciudades tales como San Sebastián de Ocú, Guararé, o las patronales de San Miguel y San Juan, para poder recrearnos con tantas cosas bellas y vistosas.
Hemos leído un artículo firmado por Don Olmedo Carrasquilla, Comisionado Nacional del Folclore por allá por 1996, donde hay más datos, sobre todo este se puede almacenar: pasan ya más de las dos décadas las que tiene el rabel.
La frase que les traemos hoy dice así: Las mujeres son como las armas de fuego, más peligrosas en manos inexpertas, es creación de Gino Cervi, actor y comediante italiano (1901-1974) del cual no hemos podido saber más.
