En Colombia y en varios países, miles de personas asocian la palabra igualdad con la imagen de Claudia López. Mínima pero imponente, esa senadora se toma en serio la lucha por los derechos de las lesbianas, gais, bisexuales y transgéneros (LGBT): con su ayuda se derogaron todas las leyes que permitían la discriminación institucional en Colombia. Hoy se cumple una semana del ataque al club nocturno en Orlando y López pinta de arcoíris el Knockout.
¿Primero leyes y después conciencia ciudadana o al revés?
En paralelo: los efectos son distintos. Uno es un proceso cultural y otro es construir igualdad ante la ley. Contribuyen al mismo fin.
¿Quién discrimina más a la sociedad LGBT?
No lo sé. Lo grave es que haya discriminación desde el Estado, que debe ser garante de los derechos. Colombia no los reconocía para derechos a pareja, salud, familia... En 10 años derogamos esas leyes, una por una.
¿Y en la tolerancia a la diversidad cómo estamos?
Falta mucho. En los últimos 10 años han asesinado a 337 personas por LGBT.
¿Cada año es menos?
No. No hay una tendencia definida.
¿Qué debe tener una ley para reconocer los derechos de los homosexuales?
No es una ley, es que todas las leyes simplemente no discriminen. En Colombia, la Constitución garantizaba la igualdad, pero muchas leyes previas a ella eran abiertamente discriminatorias.
¿Cómo está América Latina respecto a Europa en cuanto a derechos LGBT?
Mucho más atrás. Pero los países han venido progresando. Colombia, México y Chile han avanzado mucho.
El avance que usted no cree que verá.
Nada... Hasta lo que veía casi imposible ya lo estoy viendo. Todas las transformaciones culturales llegan.
Con lo más difícil que se ha topado en su lucha por los derechos LGBT.
La discriminación de las instituciones del Estado, como la Procuraduría, de las iglesias y de los centros de poder político. Todo lo que avanzamos se hizo con litigio con la Corte Constitucional. El Congreso bloqueó todo.
Cuénteme del procurador, Alejandro Ordóñez. Es bastante retrógrado, ¿no?
Es el mayor peligro para la comunidad LGBT, mujeres y personas que respetamos el Estado laico; es un fanático religioso. Ha usado la Procuraduría para violar los derechos de quienes no comparten sus visiones religiosas. Se ha opuesto a todo lo que hemos ganado.
¿Cómo se combate el poder que tiene la Iglesia en un gobierno?
No es combatirlo. Que tenga tanto poder y seguidores como quiera, pero que el Estado no tenga religión.
¿Qué pasa cuando un gobierno tiene preferencia religiosa, aun cuando los ciudadanos sí pueden ejercer la libertad religiosa?
Se perpetúan formas de discriminación de facto. Si empiezan los actos con misas y hay crucifijos en las oficinas, los ciudadanos entienden que esa es la religión que debe seguirse y se sienten intimidados frente a su posibilidad de elegir su creencia.
¿Es más difícil luchar contra la corrupción o por los derechos LGBT?
La corrupción, es dramático. En Colombia, que tenemos guerra, la corrupción es de lejos un problema mucho más grave que la guerra. Mata más, pero en silencio: por pobreza, inequidad, enfermedades que no se tratan, porque la plata no llega…
Usted está tratando de pasar una ley para que sus colegas rindan cuentas, pero se resisten... ¿El mal de los políticos es mundial?
Sí. Chile avanza, en Estados Unidos sabemos los ingresos de Hillary Clinton y los donantes de Bernie Sanders... Acá todo se tapa. No quieren que se sepa qué proyectos proponen ni cómo votan. Mucho menos su patrimonio. ¿Eso de pedirles que digan si pagan impuestos? No, les parece aterrador.
Por seguridad, dicen.
Eso sirve de excusa y es un círculo vicioso. Por inseguridad hay opacidad, por opacidad hay corrupción y así.
Sus colegas quieren que se elimine la parte de declaración de renta...
La van a hundir, con o sin declaración. El Congreso hace años aprobó una ley que dice que todos los funcionarios deben rendir cuentas... excepto los congresistas. No quieren presentar informes ni de asistencia, viajes, proyectos y votaciones. Ni eso les gusta. Por eso el desprestigio. Esto es un agujero negro.
¿Cuánta culpa de eso tienen los electores?
Más arraigado que la guerra es el clientelismo. El 40% de los colombianos vive en pobreza, entonces vende el voto. Y el Estado es el único empleador en 800 de mil 100 municipios. La capacidad de chantaje es enorme.
¿El acto discriminatorio más doloroso del que ha sido víctima?
Mientras nos negaban a ser reconocidas como familia, un pastor evangélico me demandó por tener pareja. Por un lado me dice “no pueden ser pareja”. Por el otro, va y dice “sí tiene y por eso pido que le quiten la investidura de senadora”. ¿Al fin puedo o no ser pareja?
¿Y alguno doloroso?
La senadora Vivian Morales (ex fiscal general), que nos dijo que los LGBT no éramos ciudadanos, sino anormales que debíamos probar científicamente que podíamos adoptar. Qué paradoja... su hija es lesbiana.
Pobre…
Pobre, construir su carrera política sobre la discriminación hasta de su propia hija.
Arguméntele a quienes se oponen al matrimonio homosexual.
No pedimos un matrimonio religioso. Pedimos derechos ante la ley por las mismas razones que se casan las parejas heterosexuales. Para que ninguno pueda ni expropiar ni abusar del otro sin protección de la ley.
Ahora arguméntele a los que se oponen a la adopción homoparental.
Son prejuicios infundados. No porque sea distinto es malo. En Colombia hay 30 distintos tipos de familia. Por la guerra, entre otras. Solteras, viudas, abuela con los nietos, viudos con sus hijos, con sus sobrinos… No todo es como en la foto. Esa es la familia minoritaria.
¿No se necesita la imagen de papá y mamá para la crianza de un niño?
No. Se ha estudiado en muestras científicas y no hay diferencias, solo que los niños criados por parejas del mismo sexo sufren de más bullying. No hay diferencia en la orientación sexual.
Mándele un mensaje a los diputados de un país que tienen engavetada una ley de educación sexual.
Es absurdo. Las estadísticas responden al tabú de que de eso no se habla. Están generando unos enormes problemas sociales, que además le cuesta miles de millones al Estado atender, por no hacer lo obvio y lo elemental, que es educarnos.
El ataque en Orlando. ¿Gira más en torno al tema gay o al de tenencia y porte de armas?
A ambos, pero principalmente al de tenencia. En Colombia y en Panamá seguramente hay muchos homofóbicos, pero no todos pueden ir a la esquina a comprar un rifle para matar libremente. Se combina gasolina con incendio. Es incomprensible que en esa sociedad no se haya podido dar ni un paso para que haya un background check. Hay más control para subir a un avión que para comprar un arma. Es incomprensible semejante nivel de incapacidad.
La Fiscalía abrió esta semana una investigación por un tuit homofóbico en su contra. Por el tema, ¿cree que se le dará el mismo seguimiento que a otros temas de alto perfil?
Estoy segura de que desafortunadamente no. Además, yo, que he sido amenazada por paramilitares, narcos y políticos criminales, sé cuando una amenaza tiene contenido inminente, y esta no lo tuvo. Este incluso ya canceló la cuenta.
Frecuentemente la primera discriminación viene de los padres cuando se enteran que sus hijos son homosexuales. ¿A usted le pasó?
La sola posibilidad de sentirme rechazada me daba pánico. Le conté como a los 28 a mi mamá. Pero para mi fortuna fue superamorosa. Me dijo que no me iba a dejar de amar ni un minuto, pero que le tuviera paciencia para procesarlo.
¿Qué consejo les daría a esos jóvenes?
Que busquen ayuda para dar el paso, porque no es fácil. Pero hay que darlo.
¿No es más difícil vivir en el clóset que en un círculo que discrimina?
No. Es mejor abrir el círculo. Romper con los miedos de los demás.
Los LGBT piden respeto, pero muchas veces son intolerantes con quienes no coinciden con sus ideas. ¿Eso no es contradictorio?
Sí, las poblaciones discriminadas terminan siendo intolerantes frente a quienes las discriminan.
En teoría, Colombia firma la paz este año, pero el posconflicto es largo y complejo. Refrendado el acuerdo, ¿cuántos años después llegará la verdadera paz?
Mi cálculo es que nos vamos a demorar 15 años.
Un último mensaje.
“Vamos a vencer el odio con amor” y “la igualdad es imparable”.
Perfil
Senadora colombiana. Estudió gobierno y finanzas, administración pública y ciencia política.
Ha sido periodista, columnista y analista política en medios como ‘Semana’, ‘El Tiempo’, ‘La Silla Vacía’ y ‘Caracol Radio’.

