Panameños que cumplen su cuarenta obligatoria en la Casa de Retiro Emaús, en el corregimiento de Alcalde Díaz en la capital, relatan que no se les ha informado sobre reglas claras de sanidad a las 37 personas que allí están. La experiencia de estos ciudadanos comenzó el pasado 24 de marzo cuando abordaron el vuelo humanitario en Frankfurt, Alemania, que los trajo a Panamá.
El tema salió a relucir en la conferencia de prensa del pasado viernes 27 de marzo, cuando una periodista consultó a la ministra de Salud, Rosario Turner, sobre las condiciones en las que se encuentra este grupo de ciudadanos.
A Turner le preguntaron sobre inquietudes y preocupaciones que tenían algunos de los que están recluidos en este lugar. La ministra contestó que esta es una de las situaciones por las que más “presiones” ha recibido. “No es cómodo colocar a nadie en cuarentena pero, su condición puede ser la afectación de otras personas”, dijo Turner. Agregó que han exigido internet, televisión, y computadoras. Reconoció que la “cuota de sacrificio es dura” pero que el Ministerio de Salud (Minsa) hace todo lo posible.
La Prensa contactó a una joven pareja que se encuentra en su cuarto día de cuarentena en Emaús. Se trata de dos estudiantes panameños que regresaron de Europa. Se encontraban en cuarentena domiciliaria en Lisboa, Portugal, cuando fueron contactados por la embajada panameña en ese país para avisarles de un vuelo humanitario que saldría a Panamá. Al momento que decidieron volar a Panamá, e incluso a su llegada a suelo panameño, la expectativa era que tendrían que pasar sus 14 días de cuarentena obligatoria en sus domicilios.
Aseguran que en el centro, el personal del Minsa “ha sido extremadamente amable y atento con ellos”. “El lugar es lindo, tenemos acceso al exterior, y nuestras familias pudieron venir el primer día a dejarnos cosas que nos hacían falta”, dijeron.
Sin embargo, consideran que no hubo coordinación ni organización en la llegada al país, y el traslado al sitio. Al llegar al aeropuerto de Tocumen, no les indicaron a donde irían. No pasaron por Aduanas, ni Migración. Los subieron en un bus a máxima capacidad, sin informarles sobre su destino final. Al llegar a Emaús, en horas de la noche, sus maletas no habían llegado. Tenían más de 10 horas sin comer.
“Nos asignaron cuartos y se notó que había poca preparación, pues las camas no tenían sábanas ni almohadas”, dijeron. Contaron también que en los cuatro días que han estado en el centro, no hay reglas claras de sanidad que deben seguir, ni estándares de distanciamiento social entre las personas que ahí cumplen su cuarentena. “Las personas se sientan en grupos de más de 10 a jugar, conversar y comer”, dijeron. “Los comedores son comunales, igual que los baños, y no hay una separación real entre las personas”, añaden.
Sobre las declaraciones de la ministra, aseguraron que las quejas por el acceso a internet, surgieron de personas que estaban en horario de trabajo y necesitaban estar conectadas. Antes de la conferencia ya ese problema se había solucionado, narraron.
En la conferencia de prensa, Turner manifestó que coordinará con equipos del Minsa para que revisen las condiciones del sitio y que la cuarentena fuera lo más cómoda posible. A las 37 personas que se encuentran en Emaús les quedan 10 días de cuarentena en el lugar.

