El presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, declaró este viernes, 7 de marzo, que no le respondería a su homólogo de Venezuela, Nicolás Maduro.
Martinelli expresó que Maduro ha demostrado ser un inmaduro y que tampoco iba a responder a su lenguaje soez y vulgar.
Las declaraciones de Martinelli surgen un día después que Maduro lo llamara lacayo de Estados Unidos y que el embajador panameño ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Arturo Vallarino, estaba conspirando contra Venezuela en Washington.
Maduro decidió romper relaciones con Panamá el miércoles pasado, luego que Vallarino pidiera en la OEA una reunión de cancilleres para tratar el tema de Venezuela.
El mandatario venezolano incluso afirmó ayer que el ministro de Relaciones Exteriores de Panamá, Francisco Álvarez de Soto, habló con los cancilleres de la región, sin consultar antes a Venezuela.
Esa afirmación fue negada esta mañana por Álvarez de Soto, quien declaró que él habló con el canciller venezolano, Elías Jaua, para explicarle los propósitos de la petición de Panamá ante la OEA. “Lo único que desea Panamá es buscar la paz y la armonía para que exista el diálogo entre los hermanos venezolanos”, enfatizó.
El mandatario panameño destacó también que Venezuela es un país que “prácticamente está en bancarrota y no debería estarlo porque es una nación muy rica”.
Agregó que existe en ese país sudamericano un verdadero desgreño administrativo y le deben a Panamá cifras superiores a los mil millones de dólares.
“Yo no quisiera pensar que esto es un excusa para no pagar, no quisiera pensar que el Estado venezolano es un estado mala paga”, dijo Martinelli, en alusión a que la ruptura de relaciones esté más relacionada a la deuda que mantienen con los comerciantes de la Zona Libre de Colón.
(Con información de Eduardo Mendoza)