El agua que tomamos en gran parte de Azuero viene del río La Villa y del Estibaná, que es una subcuenca del río La Villa, o sea, un río más chico que lo alimenta. La pregunta obligada es ¿cómo quedó tan contaminado y convertido en una amenaza de salud?

En 2005, el Minsa advirtió al Idaan evitar el uso del río Estibaná por estar contaminado, en 2014 se dio el caso de la atrazina, un químico prohibido en otros países para la agricultura por su afectación a las hormonas, y que estaba presente en el agua del río La Villa en niveles elevados.

Algo muy sonado recientemente, es la cría de puercos. Las granjas de cerdos generan desechos que van a unas lagunas, llamadas lagunas de oxidación. Pero cuando llueve fuerte, esas lagunas suben de nivel y terminan contaminando el río directamente.

Por esto también está contaminado el río Tebario, que es una subcuenca del río La Villa, de la que no se habla mucho.

El ministro de Ambiente, Juan Carlos Navarro, mencionó que hay una barriada que está tirando sus aguas negras (las aguas que salen de nuestros baños) directamente al río porque no tienen plantas de tratamiento de aguas residuales o PTAR.

Incluso dijo que está siendo contaminado por los restos humanos de un cementerio.
Del vertedero “El Colmón” de Macaracas salen lixiviados, que es el líquido tóxico de la basura, y justo al lado tiene el río La Villa.
Para terminar de rematar, encontraron plaguicidas, que son químicos utilizados en la agricultura para matar hierbas o insectos, que están pasando al río y algunos de estos plaguicidas son cancerígenos.
En total, esta situación ha afectado cuatro plantas potabilizadoras de agua.
El río no tiene la culpa, nosotros somos el problema. Al menos 200 mil panameños han sido afectados por esto, y se suspendieron las clases hasta nuevo aviso.
Aunque no podemos atribuir directamente el agua o los plaguicidas cancerígenos a casos específicos, quiero destacar que las provincias de Herrera y Los Santos son las dos con los mayores porcentajes de cáncer en su población de todo el país.

¿Qué podemos hacer? Ayudar en iniciativas de protección ambiental y reforestación en Azuero, lo cual es vital para proteger los ríos.
Programar jornadas de reciclaje de las botellas de plástico, encontraron 660 mil botellas. Si cada una fuera un grano de arroz, harían 40 libras de arroz.
También, ayudar a nuestros vecinos, especialmente a los más chicos que no están asistiendo a la escuela.
Los que participan del desfile de las Mil Polleras en Las Tablas, de las festividades del Carnaval de Azuero o del Corpus Christi en La Villa (que se está celebrando en este momento), recuerden que todos toman agua de este río.
Si nos importa nuestra gente, más nos vale cuidar de nuestros ríos y medioambiente. Un abrazo y nos vemos en el siguiente FRENTIAO.

