NACIONES UNIDAS (EFE).- El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió este viernes al presidente de Siria, Bachar al Asad, que acabe "ahora mismo" con el "baño de sangre" que vive su país, donde Naciones Unidas calcula que la represión se ha cobrado desde marzo la vida de más de 3 mil personas.
"La violencia y la masacre desde todas las partes deberían acabar. El secretario general ha dejado claro repetidamente que el Gobierno de Siria es quien tiene la responsabilidad de imponerse a sus fuerzas de seguridad y debería poner fin al baño de sangre ahora mismo", dijo a la prensa el portavoz de Ban, Martin Nesirky.
Reiteró también "la responsabilidad" de las autoridades sirias de proteger a la población, en una intervención en la que mostró la preocupación de Ban ante la continuidad del conflicto en ese país, según confirman las cifras divulgadas por la alta comisionada de Derechos Humanos de la ONU, Navi Pillay.
Pillay aseguró que la fuerte represión militar en Siria se ha cobrado desde marzo pasado la vida de más de 3.000 personas y pidió a la comunidad internacional que adopte acciones urgentes para frenar el baño de sangre que se vive el país árabe desde hace siete meses.El asunto llegó también al Consejo de Seguridad del organismo, que celebró a puerta cerrada su reunión mensual con el subsecretario general de la ONU para Asuntos Políticos, Lynn Pascoe, sobre los asuntos actuales más preocupantes, entre los que se encontró la situación en Siria.Fuentes diplomáticas señalaron que los miembros de la Unión Europea (UE) que se sientan en el Consejo y otros países mostraron su preocupación por las cifras divulgadas por la Pillay y reprocharon la actitud de Rusia y China, que vetaron la semana pasada una resolución contra Damasco."Quienes defendieron el silencio del Consejo de Seguridad deberían sacar las conclusiones de los últimos terribles acontecimientos y la continuidad de la represión", señalaron fuentes francesas tras la reunión mantenida en el máximo órgano internacional de seguridad.Francia, Reino Unido, Alemania y Portugal presentaron la semana pasada un proyecto de resolución de condena contra el régimen del presidente sirio, que no incluía la imposición de sanciones contra Damasco, pero sí amenazaba con acciones concretas si no se detenía la represión contra los manifestantes.
A la hora de la votación, Rusia y China se opusieron al texto y ejercieron su poder de veto, como miembros permanentes del Consejo, mientras que los representantes de Brasil, India, Sudáfrica y Líbano se abstuvieron.

