10:35 a.m. - LIMA, Perú (AP). -En el lugar donde en 2002 empezó a tratar temas más allá del interés fronterizo, el presidente George W. Bush terminará este fin de semana sus periplos por Latinoamérica en medio de lo que fue la característica de su política exterior: mercados abiertos, desastres económicos, políticos en crisis y guerra.
Pero, como también ha sido el matiz de sus ocho años de gobierno, Bush habrá logrado parcialmente el éxito en lo que se propuso dejando para el futuro la eventualidad de ver plasmado lo que queda o fracasado.
Bush llegará a Lima el viernes en busca de convencer esta vez a gobernantes del Foro Asia-Pacífico para la Cooperación Económica (APEC) que lo ayuden en un plan de rescate de las finanzas mundiales, en una crisis que para muchos se origina en su política de promover mercados con ausencia casi total de regulaciones.
En marzo de 2002, el presidente estadounidense estuvo aquí en su primera salida a un país latinoamericano después de México y vino entonces en medio de una crisis de seguridad global por el terrorismo para hablar de comercio liberado con Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia.
La renovación de las preferencias comerciales para esas cuatro naciones andinas, un proceso que tenía por entonces dificultades en el Congreso después de 10 años de vigencia, fue la prioridad aparente de su viaje.
La meta se cumplió semanas más tarde con una ampliación por cinco años, generando un ciclo de zozobra para esos países ante la necesidad de nuevas extensiones.
Su promoción de mercados libres, pese a sus grandes tropiezos con Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, los países del Mercosur, tiene sin embargo logros que mostrar en la región: ha suscrito acuerdos de libre comercio con más de la mitad de naciones latinoamericanas: Chile, cinco países de Centroamérica y uno del Caribe, así como Perú, Colombia y Panamá.
Pero también se llevará algo que no le llenará de orgullo: el fracaso de convertir a las América en un solo mercado a través del ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas), una iniciativa mencionada por primera vez por su padre, el presidente George H.W. Bush a comienzos de los 90.
Al llegar Bush a la Casa Blanca en enero de 2001 había ya encontrado en funciones al presidente Hugo Chávez, de Venezuela, y por cierto a Fidel Castro, en Cuba, acostumbrado a sobrevivir a presidentes estadounidenses desde John F. Kennedy en los 60.
