Chile volvió a girar a la derecha con el triunfo electoral del multimillonario Sebastián Piñera de forma holgada ante el oficialista Alejandro Guillier, que prometía continuar con las políticas de la socialista Michelle Bachelet.
Piñera ganó la reelección con el 54% de los votos, casi ocho puntos por arriba de Guillier, quien rápidamente reconoció la "derrota dura" de la centroizquierda, que esperaba poder unir sus fuerzas en un frente "anti Piñera" que no surtió efecto.
Con la victoria del magnate, Chile repetirá en marzo una escena recurrente en su política, con Bachelet y Piñera como protagonistas del traspaso presidencial.
Ambos presidentes desayunaban este lunes en la casa del multimillonario, cumpliendo con un ritual republicano anclado en el país.
Sin encuestas previas ni pronósticos, los chilenos se enfrentaron a una elección a oscuras, en la que Piñera logró una votación mayor a la prevista a costa de Guillier, incapaz de seducir a gran parte de la izquierda radical, cuya candidata presidencial, la periodista Beatriz Sánchez, había obtenido 20% de los sufragios en la primera vuelta.
"El triunfo de Piñera por la diferencia que se ha logrado sorprende", dice a la AFP el analista Guillermo Holzmann, frente a los pronósticos que daban un marcador más estrecho entre ambos candidatos tras la primera vuelta en la que exmandatario logró una votación menor a la que se esperaba.
Entre la primera y la segunda vuelta, Piñera logró aumentar su votación en casi 1.4 millones de votos. "La gente que fue a votar y definió la elección, no es un voto ideológico por derecha o por izquierda. Fue un voto muy pragmático. Votaron por quien les daba a ellos más certidumbres", agrega Holzmann.
