El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, ganó este domingo 6 de noviembre su tercera reelección consecutiva con el 71.3% de los votos, según los datos oficiales preliminares.
Éste era el resultado con el 21.3% de las juntas escrutadas y con una participación del 65.3%, indicó el presidente del Consejo Supremo Electoral, Roberto Rivas.
Sin embargo, la oposición a Ortega, que ha cuestionado la legitimidad de estas elecciones y llamó al boicot electoral, aseguró la noche del domingo que la participación fue mucho menor y no llegó al 30%.
“Más del 70% de la población a nivel nacional no se presentó a las juntas receptoras de votos”, afirmó en un comunicado el principal movimiento opositor, el Frente Amplio por la Democracia, señalando que a su juicio, ese dato muestra el hartazgo de la sociedad hacia el gobierno.
La oposición nicaragüense anunció que no acepta los resultados de las elecciones en las que el presidente sandinista optó a la reelección sin rivales fuertes, sin observación internacional y con una alta abstención.
“No reconocemos los resultados de esta farsa y con la fuerza de la voluntad manifestada por el pueblo de Nicaragua, las declaramos nulas”, manifestó la dirigente del opositor Frente Amplio de la Democracia (FAD) Violeta Granera, al leer una declaración en rueda de prensa.
La oposición afirma que más de 70% de los 3.8 millones de nicaragüenses convocados a votar en la presidenciales y legislativas de este domingo, no acudieron a las urnas, de acuerdo con una muestra realizada por la agrupación.
“Hoy se ha demostrado que el pueblo, con su abstención sin precedente en la historia electoral nicaragüense, ha expresado un alto nivel de rebeldía civil”, consideró la FAD.
Granera dijo a la AFP, que ellos proyectaban una abstención de alrededor del 55% pero que la baja concurrencia a las urnas superó esa expectativa.
Las elecciones en Nicaragua , según la reforma constitucional de 2014, definen ganador al que obtenga más votos, sin requerir una participación mínima para que tenga validez. Ortega, líder del gobernante Frente Sandinista (FSLN, izquierda) se postuló a su cuarto mandato, tercero consecutivo, junto con su esposa Rosario Murillo como candidata a la vicepresidencia.
