MADRID, España. (AFP).– La inquietud seguía aumentando este jueves en España a raíz del informe de un médico que denunció múltiples fallos luego de tratar a la infectada de ébola, cuya salud empeora, mientras América y Europa reforzaban los controles para evitar una propagación del virus.
“Su situación clínica ha empeorado”, salía a anunciar a primera hora de la tarde la subdirectora del hospital La Paz-Carlos III de Madrid, donde está ingresada desde el lunes Teresa Romero, auxiliar de enfermería y primera infectada por el virus fuera de África.
Por expreso deseo de la paciente, la responsable, Yolanda Fuentes, no dio más detalles sobre el estado de salud de la paciente.
En un informe abrumador, Juan Manuel Parra, doctor de urgencia, de 41 años, describía las 16 horas que se ocupó de ella el 6 de octubre, con una protección insuficiente, antes de saber que las pruebas de ébola realizadas a la paciente eran positivas. A petición propia, este doctor, considerado de “alto riesgo” debido a ese contacto, fue ingresado en observación el miércoles pese a que no presenta ningún síntoma.
Esa misma noche fue también hospitalizada una doctora de atención primaria que había atendido a Romero antes de saber que había contraído el virus. Y en la mañana del jueves, otro médico. Ambos sin síntomas.
El periodo de incubación de la enfermedad oscila entre 10 y 21 días y según los expertos la persona no es contagiosa hasta que no se manifiestan los síntomas.
Tuvo lugar una tercera hospitalización, un enfermero que, como Romero atendió a dos misioneros españoles, repatriados desde África y que murieron en Madrid a consecuencia del ébola el 12 de agosto y el 25 de septiembre.
Esta enfermera sí presentaba fiebre y se estaba pendiente del resultado de la prueba de ébola, al igual que de otra enfermera del mismo equipo ingresada anteriormente.
La propia Teresa y su esposo –este en observación pero sin síntomas–, completaban el balance de siete hospitalizados el jueves, después que la víspera fueran dados de alta una sanitaria, una enfermera y un ingeniero español procedente de Nigeria.
Durante una videoconferencia de los responsables de seguridad sanitaria de los 28 países de la UE, un representante del gobierno español admitió el miércoles una “posible relajación de algunos procedimientos” cuando se trató al segundo misionero repatriado.

