El ejército sirio ganó nuevas posiciones este viernes en la parte rebelde de Alepo, asegurándose el control del 60% del distrito de Masaken Hanano, el barrio más grande controlado por los insurgentes en el este de la ciudad.
El ejército sigue avanzando rápidamente y si logra apoderarse completamente de Masaken Hanano podrá dirigirse hacia Sajur y cortar el sector rebelde en dos, aislando el norte del sur, indicó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH).
Los combates y bombardeos proseguían este viernes en el sector rebelde, donde unos 250 mil habitantes sufren desde julio pasado un implacable cerco de las fuerzas gubernamentales y sus aliados.
"Es difícil y peligroso salir a la calle para buscar alimentos debido a la intensidad de los bombardeos", testimonió Abu Raed, 50 años, del barrio de Ferdus.
"Tengo miedo del avance del ejército y de la intensificación de los bombardeos. Con mi familia no tenemos ningún lugar donde podamos estar seguros", agregó Raed, padre de cuatro hijos.
Algunos critican la pasividad de la comunidad internacional que, debido a sus divisiones, es incapaz de terminar con el baño de sangre en Siria, particularmente en Alepo.
"Los obuses caen en las calles como una lluvia", dice Abu Hussein, un vecino del barrio de Bab al Nayrab, de 38 años. "No sé que espera la ONU. ¿Por qué no evacuan al menos a los niños y las mujeres?", pregunta.
