La familia de Amaya Coppens, una joven belgo-nicaragüense detenida en Nicaragua y una de las líderes del movimiento estudiantil contra el gobierno de Daniel Ortega, teme que la torturen, un caso que el gobierno de Bélgica sigue “de cerca”.
“Tengo miedo. Sabemos de casos de torturas en las prisiones”, dijo a la televisión pública RTBF Diego Coppens sobre su hermana, una estudiante de quinto año de Medicina de 23 años.
Amaya Coppens fue “sacada a la fuerza la tarde del lunes de su casa en la ciudad de León por policías y paramilitares”, confirmó a la AFP la presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), Vilma Núñez.
Coppens, hija de un belga y una nicaragüense y criada en Nicaragua, es una de las principales dirigentes del Movimiento Estudiantil 19 de Abril, surgido a raíz de las protestas que estallaron el 18 de abril contra Ortega.
La madre de la universitaria, Tamara Zamora, había dicho que desconocía el paradero de su hija hasta que los oficiales de El Chipote le confirmaron su reclusión en ese centro.
La abogada del Cenidh que lleva el caso, Wendy Flores, dijo que la policía les informó que Coppens está detenida en la cárcel El Chipote, en Managua, considerada como un centro de torturas por los defensores de los derechos humanos.
Amaya fue “trasladada directamente a un centro de detención preventiva que se llama El Chipote, donde hay casos probados de tortura, de torturas especialmente atroces”, afirmó a la RTBF su padre Frédéric Coppens.
“Temo por ella, pero al mismo tiempo no pierdo la esperanza, ya que me imagino las prisiones llenas de jóvenes, de gente, por lo que ella no está sola”, agregó su hermano mayor.

