El líder de la policía comunitaria del poblado de Xaltianguis, en el sureño estado mexicano de Guerrero, fue asesinado el pasado sábado, informaron hoy 10 de agosto, fuentes oficiales, que atribuyen al crimen organizado la persistente violencia en la región.
El secretario de Gobierno de Guerrero, David Cienfuegos, dijo a la prensa que Miguel Ángel Jiménez fue asesinado en las inmediaciones de Xaltianguis, en la zona rural del municipio de Acapulco.
Cienfuegos indicó que anoche recibió una llamada telefónica en la que dirigentes de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero le confirmaron la muerte de Jiménez, aunque reconoció no tener información de cómo había ocurrido el homicidio.
De acuerdo con medios locales, el cuerpo de Jiménez fue hallado en un taxi, en el asiento del conductor.
Jiménez fundó en 2013 la policía comunitaria de Xaltianguis ante las recurrentes denuncias de los pobladores sobre delitos atribuidos a la delincuencia organizada. Poco después de la desaparición de los 43 estudiantes de la escuela para maestros de Ayotzinapa el 26 de septiembre de 2014 en el municipio de Iguala, la Unión designó a Jiménez para apoyar la búsqueda de presuntas víctimas del crimen organizado, y encabezó brigadas de familiares que fueron a excavar decenas de fosas clandestinas.
Según medios del área, Jiménez lideraba actualmente la búsqueda de unos 300 desaparecidos que se estima existen en la región de Guerrero, principalmente en los alrededores de Iguala.
Acapulco, donde se encuentra el turístico puerto homónimo en el Pacífico mexicano, es el municipio de Guerrero que concentra el mayor número de investigaciones abiertas por homicidios dolosos, con mil 982 de los 4 mil 750 casos reportados en los últimos tres años.
El fiscal general de Guerrero, Miguel Ángel Godínez, aseguró en días recientes que los homicidios registrados en las últimas fechas en Acapulco, incluyendo aquellos en que las víctimas son mujeres, obedecen a la rivalidad entre bandas delictivas. "Son homicidios en la hipótesis de ajuste de cuentas", aseguró.
Según la versión oficial, los estudiantes de Ayotzinapa fueron asesinados y sus restos incinerados, por miembros del cartel Guerreros Unidos, en un tiradero de basura, una versión que los padres se resisten a creer ya que, entre otras cosas, sólo ha sido identificado uno de los jóvenes a partir de los restos hallados en ese lugar.
El vocero de los padres, Melitón Ortega, reiteró ayer la petición de los familiares de que la Procuraduría General de la República abra nuevas líneas de investigación que incluyan a los militares del mencionado batallón que supuestamente tuvieron contacto con los estudiantes.
Conmemoración
Adelantó que los padres continuarán con las movilizaciones dentro y fuera de México, y que prevén realizar una gran manifestación en la Ciudad de México el 26 de septiembre, cuando se cumpla el primer aniversario de la desaparición de sus hijos. "Mientras no regresen nuestros 43 jóvenes, no regresaremos a casa", afirmó.
Por otro lado, María Concepción Tlaltempa, madre de uno de los jóvenes desaparecidos de Iguala, informó que el 26 de agosto iniciarán una huelga de hambre que se extenderá hasta el 26 de septiembre, cuando se cumplirá un año de la desaparición de los normalistas, a manos del crimen organizado en asocio con las autoridades de Iguala. "Vamos a ir a las embajadas, a movilizarnos y a hacer la huelga hasta que nos entreguen a nuestros hijos", aseguró Tlaltempa.
La huelga también persigue que las embajadas pidan a sus países que se pronuncien en favor de la petición de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para que el Gobierno mexicano autorice las entrevistas con los militares del 27 Batallón de Iguala.
Un total de 35 padres y familiares de los 43 de Ayotzinapa, así como alumnos de esa escuela para maestros, llegaron ayer a Guadalajara, capital del estado de Jalisco, como parte de la "Caravana del norte" que iniciaron el 29 de julio y que los ha llevado a los estados de Chihuahua, Coahuila, Durango, Zacatecas y Guanajuato, para concluir mañana en Michoacán.