El papa Francisco llamó este miércoles, 6 de diciembre de 2017, a respetar el statu quo en Jerusalén y a dar muestras de "sensatez y prudencia", cuando el presidente de Estados Unidos Donald Trump se dispone a reconocer la Ciudad Santa como capital de Israel.
"No puedo callar mi profunda preocupación por la situación que se ha creado en los últimos días" en torno a Jerusalén, declaró el pontífice argentino durante su audiencia semanal. "Hago un llamamiento desesperado para que todos se comprometan a respetar el statu quo de la ciudad, en conformidad con las resoluciones pertinentes de las Naciones Unidas", agregó.
El martes por la noche, Francisco habló por teléfono con el presidente palestino Mahmud Abas, anunció el portavoz del Vaticano sin dar más precisiones.
"Jerusalén es una ciudad única, sagrada para los judíos, los cristianos y los musulmanes, que veneran allí los Lugares Santos de sus religiones respectivas, y tiene una vocación especial de paz", declaró el pontífice hoy ante miles de fieles en el Vaticano. "Ruego al Señor para que esta identidad sea preservada y reforzada, en beneficio de la Tierra Santa, de Medio Oriente y del mundo entero, y que prevalezcan sensatez y prudencia, para evitar añadir nuevos elementos de tensión en un panorama mundial ya convulso y marcado por tantos conflictos crueles", insistió.

Trump reconocerá este miércoles a Jerusalén como capital de Israel, rompiendo con décadas de diplomacia estadounidense e internacional pese a las advertencias llegadas de todo el mundo contra el riesgo de un estallido de violencia.
Naciones Unidas, China y Reino Unido -ambos países miembros del Consejo de Seguridad- sumaron hoy sus voces a las expresiones de inquietud de los últimos días.
También reaccionaron hoy las delegaciones palestina y jordana en la Liga Árabe que pidieron una reunión de emergencia de los ministros de Relaciones Exteriores para abordar la decisión estadounidense de reconocer a Jerusalén como capital de Israel, informó la institución panárabe.
Antes del anuncio el martes de las intenciones estadounidenses, los delegados permanentes de los países miembros de la Liga Árabe emitieron un comunicado conjunto afirmando que esta decisión constituiría "un claro ataque a la nación árabe y a los derechos de los palestinos y de todos los musulmanes y cristianos".
En medio de la tensión, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan anunció que organizará para el 13 de diciembre en Estambul una cumbre de dirigentes de países musulmanes. "Nuestro presidente de la República convoca una cumbre extraordinaria de la Organización para la Cooperación Islámica (OCI) para permitir a los países musulmanes que actúen de forma unificada y coordinada antes estos acontecimientos", declaró el portavoz de la presidencia turca Ibrahim Kalin.
La OCI la conforman 57 naciones.

"Jerusalén es nuestro honor, Jerusalén es nuestra causa común (...) Jerusalén es nuestra línea roja", afirmó Kalin llamando a la administración estadounidense a "corregir inmediatamente" este "grave error".
Mientras, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu guardó silencio sobre Jerusalén en un discurso pronunciado este miércoles, día en el que el presidente estadounidense prevé reconocer a la Ciudad Santa como capital de Israel.
Netanyahu se ciñó a su discurso sobre las nuevas relaciones diplomáticas regionales, la amenaza que -según él- representa Irán y las competencias de su país en el ámbito de la seguridad y la economía.

