EL CAIRO, Egipto. (EFE).- El embajador palestino en El Cairo y ante la Liga Árabe, Yamal al Shobaki, dijo hoy que analizan con las autoridades egipcias la posibilidad de que la frontera entre Egipto y la Franja de Gaza se abra al menos una vez a la semana.
El paso de Rafah, en la península del Sinaí, fue cerrado el pasado 25 de octubre tras el atentado que causó la muerte a más de treinta soldados egipcios.
En declaraciones a la prensa en la sede de la organización panárabe, Al Shobaki señaló que entienden las medidas adoptadas por el Gobierno egipcio, pero que solicitan que se permita el cruce de la frontera, aunque no sea a diario.
Según el representante palestino, la parte egipcia prometió reabrir el paso de Rafah cuando concluyan las operaciones militares en el Sinaí contra los grupos extremistas.
Al Shobaki reveló que el cierre de la frontera ha dejado atrapados en Egipto a numerosos palestinos, entre ellos familias y heridos durante la ofensiva militar israelí contra Gaza del pasado verano.
Por ello, insistió en una conversación con el ministro egipcio de Asuntos Exteriores, Sameh Shukri, en la necesidad de su apertura para permitir la salida de esta gente.
El embajador apuntó que muchas de las familias se han quedado sin recursos para seguir subsistiendo en Egipto, y que también hay algunos palestinos atrapados en los aeropuertos. Sukri explicó que su idea es reunir a todas estas personas y organizar una única caravana para que puedan regresar a Gaza.
Además del cierre del paso, las autoridades egipcias decretaron el toque de queda y el estado de emergencia en esa zona del norte del Sinaí.
Otra de las medidas emprendidas fue la semana pasada el desalojo de aquellos civiles que viven a menos de 500 metros de la frontera de Gaza, así como el derribo de sus viviendas.
De muchas de esas casas salen túneles ilegales que son usados para el contrabando con Gaza, y que las autoridades egipcias consideran han sido también empleados por los extremistas para cruzar de la Franja a territorio egipcio.
La península del Sinaí es desde hace años un foco de inestabilidad, pero los ataques contra las fuerzas del orden egipcias se han intensificado desde el derrocamiento del presidente islamista Mohamed Mursi en julio de 2013.