El Senado estadounidense aprobó este viernes por unanimidad el acuerdo presupuestario anunciado por el presidente, Donald Trump, para poner fin al shutdown más largo de la historia del país.
El acuerdo prevé la financiación de un cuarto de los servicios federales hasta el 15 de febrero. La Cámara de Representantes votará ahora el mismo texto, que deberá ser promulgado por Trump en última instancia.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, había anunciado más temprano el acuerdo con la oposición demócrata para reabrir temporalmente el gobierno federal, cerrado por falta de financiación por un récord de cinco semanas por una amarga disputa sobre la financiación de un muro fronterizo con México.
"Hemos llegado a un acuerdo para poner fin al cierre y reabrir el gobierno federal", dijo Trump.
"Dentro de poco, firmaré un proyecto de ley para abrir nuestro gobierno por tres semanas, hasta el 15 de febrero".
Unos 800 mil trabajadores, que usualmente reciben su paga cada 15 días, se quedaron sin un segundo cheque consecutivo el viernes, una situación que ha llegado a un punto crítico para miles de familias estadounidenses.
"In a short while, I will sign a bill to open our Government for three weeks until February 15th. I will make sure that all employees receive their back pay very quickly." —President Trump pic.twitter.com/LeD58JeyK0
— The White House (@WhiteHouse) January 25, 2019
El jefe de la oposición demócrata en el Senado estadounidense, Chuck Schumer, declaró el viernes victoria en la negociación con Trump para reabrir el gobierno, parcialmente desfinanciado por cinco semanas, confiando en que el mandatario haya "aprendido la lección" del costo que supone.
"Esperemos que ahora el presidente haya aprendido la lección", dijo a los periodistas el líder de la minoría del Senado, Schumer, poco después de que Trump anunciara un acuerdo para abrir temporalmente el gobierno hasta el 15 de febrero.
"Cerrar al gobierno por una diferencia de política (...) no logra nada más que dolor y sufrimiento", dijo Schumer.
La Casa Blanca y el Congreso estaban bajo una intensa presión para resolver este impasse de financiamiento que ha paralizado a una cuarta parte de la administración federal desde el 22 de diciembre.
En su discurso, Trump defendió con firmeza la construcción de un muro en la frontera sur, promesa insigne de su campaña que busca, según él, frenar el ingreso al país de criminales y narcotraficantes. Pero no dijo nada sobre los $5 mil 700 millones que pide al Congreso para levantar el cuestionado muro.
Se limitó a anunciar que un comité bipartidista de legisladores del Senado, de mayoría republicana, y de la Cámara de Representantes, controlada por los demócratas, se pondría a trabajar sobre la seguridad fronteriza, con el proyecto del muro como prioridad en su agenda.
"Durante los próximos 21 días, espero que tanto los demócratas como los republicanos operen de buena fe", dijo el presidente, advirtiendo de un nuevo cierre en tres semanas si el Congreso se niega a aprobar los fondos.
"Realmente no tenemos más remedio que construir una barrera de acero o una pared potente", dijo. "Si no recibimos un trato justo del Congreso, el gobierno se cerrará de nuevo el 15 de febrero o usaré los poderes que me otorgan las leyes y la Constitución de Estados Unidos para hacer frente a esta emergencia", afirmó.

