“Ya era hora de que yo hablara aquí a nombre de Cuba". Así se estrenó Raúl Castro en la sesión plenaria de la VII Cumbre de las Américas.
Es la primera vez que Cuba participa en este encuentro, desde que se establecieron, por primera vez, en el año 1994.
Castro –que en junio cumple 84 años de edad– advirtió que hablaría más de los ocho minutos que corresponden a cada presidente en la plenaria.
“Como me deben de las últimas seis cumbres, seis por ocho, 48”. Al final, habló 35 minutos, los que dedicó en buena parte a hacer un recuento de la historia de la isla.
“Hemos soportado penurias. El 77% de la población nació bajo el rigor que impuso el bloqueo, pero nuestras convicciones prevalecieron”, aseveró.
También expresó su admiración por Barack Obama, el presidente estadounidense con el que acordó, el pasado 17 de diciembre, restablecer relaciones diplomáticas, tras seis décadas de bloqueo.
Valoró la decisión del Departamento de Estado estadounidense, que recomendará retirar a Cuba de la lista de países patrocinadoras del terrorismo, una lista en la que, según Castro, “nunca debió estar”.
Castro también eximió a Obama de la responsabilidad de la política desarrollada por los 10 presidentes estadounidenses que le precedieron. Reconoció haber leído los libros de Obama, a quien consideró “honesto” y le extendió sus disculpas por haberle ofendido alguna vez, “por su emotividad en defensa de la revolución”.
También consideró “positivo” que el presidente estadounidense reconociera que Venezuela no es una amenaza para Estados Unidos. “Venezuela no es una amenaza. Es positivo que el presidente norteamericano lo haya reconocido" y le pidió derogar prontamente el decreto aquel.
Lo que propició la presencia de Cuba en la VII Cumbre fue precisamente el anuncio de diciembre pasado. Desde aquel momento, Obama y Castro anunciaron que su primer encuentro personal sería en Panamá. Finalmente, ocurrió la noche del viernes, cuando ambos coincidieron en los pasillos del centro de convenciones Atlapa, minutos antes de la ceremonia inaugural de la Cumbre.
Obama, que habló antes que Castro en la plenaria, dijo que su país tiene una apertura hacia el cambio y de allí la decisión de restablecer las relaciones bilaterales con Cuba, lo que para el hemisferio representa una “nueva era”.
"Estados Unidos mira hacia el futuro", subrayó. En la sesión plenaria de la VII Cumbre de las Américas, Obama enfatizó que su país “no será prisionero del pasado” con Cuba ni con la región.
“Yo me comprometí a construir una nueva era de cooperación en base a intereses y respeto mutuo... He cumplido con ese compromiso, nos reunimos aquí en un momento histórico”, señaló.
Destacó que el inicio de una nueva relación significará más recursos y apoyos a los cubanos. Actualmente, las negociaciones se centran en la apertura de embajadas.
En otra parte de su intervención, Obama dijo que podrían pasarse mucho tiempo hablando sobre agravios e injusticias pasadas y que se puede utilizar a Estados Unidos como una gran excusa debido a los escándalos políticos que suceden a nivel nacional. Pero dejó claro que eso no es lo que va a resolver los problemas, “ni hará que sus países sean más productivos y competitivos en la economía global”.
Afirmó que cuando “hablamos de derechos humanos no quiere decir que pensamos que somos perfectos, sino que no pensamos que encarcelar a los que no piensan como nosotros sea lo más justo”.
Agregó que si se cree en la democracia, entonces esto significa que toda persona tiene el derecho a hablar, a tener un credo, a organizarse y a reunirse donde quieran, siempre que no haya violencia.
También comentó que “nunca antes las relaciones con América Latina” fueron tan buenas, y prueba de ello es el incremento de las importaciones y exportaciones con la región. Mencionó que ha propuesto mil millones de dólares para ayudar a Centroamérica a fomentar el crecimiento económico y mejorar la seguridad. Finalmente, el líder estadounidense dijo que hay que seguir invirtiendo en energía limpia y combatiendo el cambio climático. Se espera que Obama y Raúl Castro sostengan una reunión bilateral, antes de retornar a sus países.
