COSTOSAS RENOVACIONES

Investigan financiamiento del apartamento de Tarcisio Bertone, ex secretario de Estado de la Santa Sede

Investigan financiamiento del apartamento de Tarcisio Bertone, ex secretario de Estado de la Santa Sede
Investigan financiamiento del apartamento de Tarcisio Bertone, ex secretario de Estado de la Santa Sede

Se avecina un nuevo terremoto dentro de los muros del Vaticano que podría sentar las bases para comenzar la primera investigación judicial contra un cardenal en la historia de la Iglesia católica.



En el epicentro sísmico, el suntuoso apartamento del anterior secretario de Estado de la Santa Sede, Tarcisio Bertone, de 700 metros cuadrados –10 veces más grande del apartamento donde reside el papa Francisco– cuya reestructuración fue financiada, según la documentación judicial, por la Fundación Bambino Gesù, encargada de gestionar las donaciones de los fieles para sufragar los gastos pediátricos de niños enfermos de Roma.



Las pruebas sobre la supuesta comisión del delito de malversación de fondos que ha apresurado al Vaticano a abrir diligencias en menos de 24 horas han sido publicadas por el periodista italiano Emiliano Fittipaldi, uno de los cinco imputados en el Vaticano por filtración de documentos confidenciales en el proceso Vatileaks 2, en la revista L’Espresso.



El Vaticano precisó que el purpurado –quien vive en este apartamento desde hace casi dos años– no está en la lista de investigados.



Vista del hospital Bambino Gesú.

Investigan financiamiento del apartamento de Tarcisio Bertone, ex secretario de Estado de la Santa Sede
Investigan financiamiento del apartamento de Tarcisio Bertone, ex secretario de Estado de la Santa Sede

Al tratarse de un miembro del colegio cardenalicio, la justicia ordinaria no es competente para proceder contra él, ya que solo podría ser procesado por el Tribunal Supremo del Vaticano.



De momento, los únicos indagados son los exgerentes del hospital Bambino Gesú, Giuseppe Profiti y Massimo Spina, hombres de confianza de Bertone.



La reforma del ático del que fuera el número dos del Vaticano durante el pontificado de Benedicto XVI –un papa introvertido– acabó costando unos 508 mil dólares. Las obras unieron dos amplios apartamentos situados en el palacio San Carlos, un edificio dentro del Vaticano detrás de la cúpula de la basílica de San Pedro, ubicado precisamente al lado de la residencia de Santa Marta, donde el papa Francisco vive en una austera habitación de poco más de 50 metros cuadrados.



No faltaron los lujos para el cardenal italiano, que encargó un equipo estéreo de 21 mil dólares y suelo acabado en parque de madera de roble y mármol de Carrara. Según L’Espresso, el importe final no fue facturado por la empresa que realizó la remodelación sino por una empresa de derecho británico, propiedad del constructor italiano Gianantonio Bandera, amigo personal de Bertone.



Los pagos se efectuaron a través de cuentas bancarias provenientes del Banco IOR del Vaticano, considerado una base offshore y de reciclado de dinero hasta 2012 cuando Jorge Mario Bergoglio comenzó a poner orden en las finanzas de la Santa Sede, y del APSA (Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica).



CUESTIONAMIENTOS 



Los jueces han abierto el caso en vista de la revelación de documentos internos confidenciales del Vaticano en el libro de Fittipaldi Via Crucis, que cartografía el imperio financiero de la Santa Sede y pone de manifiesto los "excesos" dentro del centro de la cristiandad, a los que el papa Francisco está tratando de poner fin con un proceso de reforma radical.



Fittipaldi recoge documentos financieros que demuestran la brecha entre la finalidad con la que fue concebida la Fundación Bambino Gesù, ayudar a los niños más necesitados de Roma, y el millonario negocio en el que se convirtió con el pasar de los años.



En 2015 disponía de un patrimonio financiero de 427 millones de dólares en metálico frente a los 253 millones con los que contaba en 2001.



Por ejemplo, en febrero de 2012 la Fundación Bambino Gesù pagó a una empresa chárter la cifra de 27 mil dólares para trasladar a Bertone hasta la región italiana del sur Basilicata donde iba emprender acciones de marketing en favor del hospital.



En vez de ahorrar en gastos y viajar en vehículo o en tren y poder destinar ese dinero a la investigación clínica, Profiti decide enviar al cardenal con un helicóptero con un coste añadido altísimo.



Tanto Profiti como Spina justifican la reforma en el ático del purpurado alegando que debían usar ulteriormente ese espacio para organizar reuniones con otras empresas y personalidades con el fin de recaudar más dinero para el hospital. Sin embargo, será difícil para el Vaticano mantener fuera de la investigación judicial al cardenal.



Las cartas publicadas en L’Espresso este viernes evidencian cómo Bertone agradece expresamente a los directores del hospital que la Fundación Bambino Gesù haya restaurado su ático, el cual comparte con tres religiosas y una secretaria.



Las reacciones de Bertone han ido cambiando desde que estalló el escándalo en abril de 2014. Primero lo negó y después trató de poner remedio devolviendo al hospital pediátrico 171 mil dólares. “No me voy (del Vaticano), otros 30 cardenales tienen casas mucho más bellas”, se justificó en una entrevista publicada este viernes.


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