La oposición venezolana continúa este fin de semana su presión en las calles contra el presidente Nicolás Maduro, pese a un recrudecimiento de la violencia que deja 38 muertos en poco más de un mes de protestas, que han degenerado en saqueos y disturbios.
Un joven murió este viernes tras ser gravemente herido en desórdenes registrados la víspera en la ciudad de Valencia (norte), donde se registraron choques entre opositores y las fuerzas de seguridad, y saqueos en un centenar de negocios.
“Esto es vandalismo. Se aprovechan de las protestas para salir a robar. Se robaron casi toda la comida. ¿Ahora qué comemos?", declaró a AFP Magaly Oliveros, ama de casa de 64 años, en Valencia, 160 kilómetros al oeste de Caracas. Temerosos ante nuevos estallidos de violencia muchos se aprovisionan de comida, agua y gasolina.
En algunos sectores de Valencia, la gente compra yuca y plátano, lo que encuentran. El viernes también hubo enfrentamientos en Rosario de Perijá (oeste), donde videos virales mostraron a estudiantes de secundaria derribando una estatua del fallecido expresidente Hugo Chávez (1999-2013).
Los opositores preparan para hoy sábado una marcha de mujeres que –vestidas de blanco– tratarán de llegar a la sede del Ministerio de Interior, en el centro de Caracas, para exigir el cese de lo que denuncian como una “salvaje represión”.
“El régimen se está cayendo. No tiene fuerza y está mostrando lo peor que tiene, usando las armas porque no tienen la razón”, dijo Lilian Tintori en el portón de la cárcel de Ramo Verde, en las afueras de Caracas, donde exigió ver a su esposo, el opositor Leopoldo López, incomunicado desde hace 33 días.

