La violencia no cesa en Sudán pese a ser el primer día de una nueva tregua de 72 horas entre los dos bandos en el conflicto tras más de dos semanas de combates y bombardeos en el país, mientras crece la presión para el envío de ayuda humanitaria.
Aunque el Ejército sudanés afirmó que la situación sigue “estable”, testigos aseguraron a EFE que los bombardeos se han reanudado en pleno centro de la capital, Jartum, después de unas horas de tensa calma en la que el sonido de los disparos ha sido menos continuo.
Por su parte, el poderoso grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) acusó al Ejército sudanés de “ocupar” un hospital en Un Durman, ciudad vecina a Jartum, y que utiliza como “una plataforma de lanzamiento de ataques” contra sus unidades.
EN BUSCA DE AYUDA HUMANITARIA
Entre acusaciones de violencia y ataques, continúan los esfuerzos por parte de los actores internacionales para enviar ayuda humanitaria de manera urgente a Sudán.
El jefe humanitario y coordinador de ayuda para emergencias de la ONU, Martin Griffiths, anunció su llegada a Nairobi para dialogar con “líderes kenianos y otros”, sobre la situación en Sudán y “encontrar maneras de llevar ayuda al país”.
”La situación de Sudán desde el 15 de abril es catastrófica. Necesitamos encontrar maneras de llevar ayuda al país y distribuirla entre los necesitados”, señaló Griffiths a través de su cuenta de Twitter.
Así, Griffiths pidió a los bandos del conflicto en Sudán que protejan a los civiles y la infraestructura civil, garanticen el paso seguro de los civiles que huyen de las zonas con hostilidades, respeten a los trabajadores y a los bienes humanitarios, faciliten las operaciones de rescate, y respeten a los trabajadores sanitarios.
Hasta el momento, al menos 528 personas han muerto y más de 4 mil 500 han resultado heridas desde el inicio de los combates el pasado 15, según el Ministerio de Salud sudanés.

