La fiscalía financiera francesa solicitó este martes cuatro años de cárcel, dos de ellos firme, contra el expresidente Nicolas Sarkozy, juzgado en París por corrupción y tráfico de influencias.
El exmandatario, de 65 años, está acusado de haber intentado sobornar a un juez con un puesto muy codiciado a cambio de información privilegiada sobre otro sumario.
Los fiscales pidieron la misma pena contra sus coacusados, el exjuez Gilbert Azibert y el abogado habitual de Sarkozy, Thierry Herzog.
Para este último pidió también una prohibición de cinco años de ejercicio de su profesión.
“Estos hechos no habrían ocurrido si un expresidente, abogado por cierto, hubiera tenido en cuenta la grandeza, la responsabilidad y los deberes del cargo que le correspondía y que había sido durante 5 años el guardián de la independencia de la autoridad judicial”, dijo ante un tribunal de París el fiscal Jean-Luc Blachon.
Denunció además los “efectos devastadores de este caso” que dijo “ha golpeado los valores de la República” y añadió que este sumario había “dañado” la institución judicial, la profesión jurídica y la imagen presidencial.
Sarkozy, que dirigió a Francia de 2007 a 2012, había dicho el lunes ante el tribunal que “nunca cometió el más mínimo acto de corrupción” y prometió ir “hasta el final” para limpiar su nombre.
Los cargos de corrupción y tráfico de influencias conllevan una pena máxima de 10 años y una multa de un millón de euros (1,2 millones de dólares).

