El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, ha asegurado este miércoles 6 de julio que no piensa dimitir a pesar de la cascada de dimisiones en el seno del Gobierno y el aumento de las críticas a su gestión en las filas del partido Conservador, en medio del aumento de la presión sobre el premier británico durante los últimos meses.
Johnson, que ha comparecido durante la jornada ante la Cámara de los Comunes, ha resaltado que tiene “un mandato colosal” derivado de las elecciones de 2019 y ha dicho que “seguirá en marcha”, según ha recogido la cadena de televisión británica. Desde este miércoles, 18 tories han presentado su dimisión en el Gobierno, mientras que varios más han retirado su apoyo al primer ministro.
“El trabajo de primer ministro en circunstancias difíciles, cuando se le da un mandato colosal, es seguir en marcha, y es lo que voy a hacer”, ha recalcado el premier, que ha defendido además que la crisis interna no está afectando a la acción del Ejecutivo y ha resaltado que continúa con un “programa activo y energético” de medidas, tal y como ha informado el diario The Guardian.
Por su parte, el líder del opositor partido Laborista, Keir Starmer, ha denunciado que los ‘tories’ se han convertido “en un partido corrupto que defiende lo indefendible”, al tiempo que ha criticado a los ministros que han dimitido por no haberlo hecho antes y demostrar que carecen de “algo de integridad”.
El ministro de Sanidad, Said Javid, que presentó su dimisión el martes, ha cargado duramente contra el primer ministro y ha argüido que “recorrer la cuerda floja entre la lealtad y la integridad” se ha convertido “en algo imposible durante los últimos meses”. “En algún momento tenemos que llegar a la conclusión de que es suficiente. Creo que ese momento es ahora”, ha zanjado.
El goteo de dimisiones se ha sucedido debido a los cambios de versión sobre el polémico nombramiento de un alto cargo del grupo conservador en la Cámara de los Comunes. Downing Street inicialmente sostuvo que Johnson no conocía las acusaciones de acoso sexual contra uno de los encargados de mantener la disciplina de voto en la bancada tory, Chris Pincher, pero el premier terminó reconociendo que sabía de los comportamientos del diputado y lamentó su nombramiento.

