Los candidatos a la vicepresidencia de Estados Unidos, el republicano Mike Pence, que ahora ocupa el cargo, y la demócrata Kamala Harris, se enfrentan este miércoles en un debate que, tras el contagio por la Covid-19 del mandatario Donald Trump, adquirió una particular relevancia.
La enfermedad del mandatario y aspirante a la reelección, de 74 años de edad, sumada a las inquietudes sobre el estado físico y la edad de su rival Joe Biden, que es tres años mayor, aumentó el interés por el encuentro entre sus números dos, que se desarrolla en Salt Lake City, Utah.
El debate es transmitido aquí, a través de un código compartido por la cadena Univisión, a los miembros de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), a la que pertenece La Prensa.
A menos de un mes de las elecciones del 3 de noviembre, el contagio del presidente vuelve a poner en lo alto de la agenda el tema de la pandemia.
Ambos candidatos debaten protegidos por una mampara, y se aumentó su separación a casi cuatro metros, pero los expertos advirtieron que las partículas más pequeñas pueden atravesar la barrera.

Después de un caótico debate hace ocho días entre Trump y Biden, Pence y Harris adoptaron inicialmente un tono más civilizado en su duelo televisado, sin insultos e incluso con elogios, pero rápidamente mostraron estar totalmente en desacuerdo.
Harris criticó la gestión de la pandemia de la administración Trump como “el mayor fracaso” en la historia de Estados Unidos, el país del mundo con más fallecidos por el virus: poco más de 210 mil muertos.
“El pueblo estadounidense ha sido testigo del mayor fracaso de cualquier administración presidencial en la historia de nuestro país”, dijo la senadora demócrata y exprocuradora de origen jamaiquino de 55 años de edad, con un don para hacer preguntas inquisidoras.
#DebateVicepresidencial El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, dice que hay transparencia sobre la salud del mandatario Donald Trump, contagiado de la Covid-19. #LaPrensaSecuestrada pic.twitter.com/6KbC296FQl
— La Prensa Panamá (@prensacom) October 8, 2020
Pence acusó a su rival de “socavar la confianza” de los estadounidenses en una vacuna para la Covid-19 que pueda surgir durante la administración Trump.
“El hecho de que continúe socavando la confianza del público en una vacuna, si la vacuna surge durante el gobierno de Trump, es inconcebible. Deje de jugar a la política con la vida de las personas”, dijo Pence.

El vicepresidente, de 61 años, encabeza desde febrero la célula encargada de hacer frente a la pandemia y ahora tiene un brote en la misma Casa Blanca.
Tras el positivo de Trump, anunciado el viernes 2 de octubre, Pence dijo que había dado negativo en las pruebas y que no lo había visto desde el martes 29.

La aguda crisis económica inducida por la pandemia también fue un tema del debate. La recesión pulverizó el mercado laboral y atizó el desempleo, quitándole a Trump uno de los mejores argumentos a favor de su gestión: una tasa de paro que llegó a tocar un mínimo de 3.5%, pero que ahora está en 7.9% después de que millones de personas perdieran su trabajo.
“Hay estimaciones que para el final de este gobierno, va a haber más pérdidas de empleo que en ningún otro gobierno”, afirmó Harris, que asistió al debate vestida de negro, con un discreto collar de perlas.
Pence rebatió duramente a Harris y le dijo: “Senadora, tiene derecho a tener su opinión, pero no sus propios hechos”. También agitó el miedo de que los demócratas suban los impuestos, impongan más regulaciones, prohíban la extracción de petróleo de esquisto y terminen con la industria de la energía fósil.

El vicepresidente, un cristiano ferviente y de buenos modales, que habitualmente guarda un perfil muy discreto, salió en el debate como un escudero tenaz para defender el gobierno de Trump.
Trump está de vuelta en la Casa Blanca desde el lunes tras estar tres días hospitalizado por la Covid-19 y según su médico ya está sin síntomas y no tiene fiebre desde hace cuatro días. Este miércoles, haciendo caso omiso de las advertencias sobre los riesgos de contagio, fue a trabajar al Despacho Oval y afirmó que se siente “perfectamente bien”.

El comportamiento de Trump -incluyendo el hecho de que se salió a saludar a sus seguidores desde un coche cuando estaba hospitalizado y se sacó la mascarilla al regresar el lunes a la Casa Blanca- es especialmente criticado por los demócratas.
En contraste con la desaprensión de Trump hacia el virus, Biden respeta escrupulosamente las medidas de protección, pero sus adversarios lo acusan de usar la pandemia para eludir a electores y periodistas.
Procurando mostrarse como el unificador de un país dividido, Biden lidera desde hace meses las encuestas. Y aumentó aún más su ventaja tras el crispado debate entre ambos el 29 de setiembre.

