La oposición nicaragüense busca conformar una coalición electoral para enfrentar al presidente Daniel Ortega en los comicios de 2021, en medio de obstáculos burocráticos, represión y rivalidades internas.
El proceso comenzó en enero, con unificación de la Alianza Cívica por la Justicia y Democracia (ACJD) y la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), surgidas tras las protestas de 2018, y su llamado a todos los opositores a sumarse a sus filas.
“El reto es lograr que la coalición tenga la mayor pluralidad y representatividad posible”, declaró el joven dirigente opositor Guillermo Incer a la AFP.
Los organizadores esperan lanzar la coalición el próximo 25 de febrero, para recordar el 30 aniversario del inicio del gobierno de la expresidenta Violeta Barrios de Chamorro (1990-97), quien con una alianza de 14 partidos desplazó a Ortega de su primer gobierno (1979-1990).
Por primera vez desde el gobierno de Barrios, la oposición se coaliga para desplazar a Ortega, en el poder desde 2007, a quien acusan de encabezar una “dictadura” represiva y corrupta.
Nicaragua vive una grave crisis desde el estallido de las protestas en abril de 2018, que dejaron un país con la economía devastada y sometido a sanciones internacionales.
Según grupos humanitarios, la represión de las protestas dejó 328 muertos, cientos de encarcelados y 85 mil exiliados, así como una profunda recesión que deja un tendal de desempleados.
La coalaición opositora incluye al sector empresarial, afectado por la crisis y la ocupación de sus propiedades desde que rompió su alianza con el gobierno y respaldó las protestas.
También incluye a los estudiantes, que encabezaron las protestas, y al movimiento campesino surgido en 2013 en rechazo a un proyecto de canal interoceánico que amenazaba sus tierras.
La oposición se ha acercado además a grupos parlamentarios, como los derechistas Partido Ciudadanos por la Libertad y el Partido Liberal Constitucionalista, que podrían prestar sus banderas si la coalición no logra inscribirse este año.
