La aerolínea Vueling ha aclarado al Gobierno francés que el desembarco de un grupo de jóvenes franceses de hebrea que se produjo el miércoles en Valencia en un vuelo con destino a París respondió a razones de seguridad aérea, han indicado este sábado a EFE fuentes de la compañía.
El ministro francés de Exteriores, Jean-Noël Barrot, pidió ayer explicaciones a la consejera delegada de Vueling, Carolina Martinoli, para saber si el grupo de adolescentes franceses de confesión hebrea que fueron desembarcados en Valencia sufrieron discriminación, según ha informado un portavoz del Ministerio.
Barrot, en una llamada telefónica, manifestó a Martinoli la “profunda consternación” que le causó conocer el desembarque del grupo de adolescentes y monitores (52 personas) que el pasado miércoles fueron sacados de una aeronave de Vueling en el aeropuerto de Valencia, donde iban a despegar con rumbo a París-Orly.
“Se solicitaron explicaciones, en particular para determinar si estos compatriotas habían sido objeto de discriminación por motivos religiosos”, indicó el portavoz del Ministerio francés de Exteriores, que precisó que había hecho la misma gestión “ante el embajador de España en Francia”, agregó.
Martinoli aseguró a Barrot que se está llevando a cabo “una rigurosa investigación interna y que las conclusiones de dicha investigación se compartirían con las autoridades francesas y españolas”, concluyó la declaración del portavoz francés.
Consultadas por EFE, fuentes de Vueling han confirmado la conversación con el ministro y han asegurado que se ha trasladado la “información relevante” sobre este incidente tanto a los Gobiernos francés y español como a las autoridades de seguridad aérea.
Estas fuentes han insistido en que existe “total colaboración” por parte de la aerolínea para aclarar que el desembarco de estos pasajeros se hizo por razones de seguridad y en aplicación del protocolo sobre seguridad aérea que se aplica en España.
Vueling indicó ya el jueves que los jóvenes franceses de confesión judía, que retornaban de una colonia de verano, mostraron un “comportamiento conflictivo” que ponía “en riesgo el desarrollo seguro del vuelo”.
El comandante informó a las autoridades de que los miembros de ese grupo estaban manipulando de forma reiterada el material de emergencia e interrumpiendo activamente la demostración de seguridad realizada por la tripulación de cabina, según fuentes consultadas por EFE.
Tras varios intentos de intervención por parte de los miembros de la tripulación y también del copiloto, los pasajeros se negaron a cesar en su conducta, por lo que se decidió su desembarque.
Vueling explicó que, según sus procedimientos, solicitó “la intervención de la Guardia Civil, que, tras evaluar la situación, procedió al desembarque del grupo para priorizar la seguridad del resto de pasajeros”, indica.
Una vez en la terminal, el comportamiento del grupo continuó siendo agresivo, e incluso “algunos individuos mostraron una actitud violenta frente a las autoridades”, añadió la aerolínea española.
La responsable de los monitores llegó incluso a empujar y arremeter contra un agente de la Guardia Civil, por lo que fue reducida y esposada.
A raíz de estos acontecimientos, se instruyeron diligencias por un delito contra el orden público de resistencia y desobediencia a agente de la autoridad, que se remitieron a la autoridad judicial, así como una denuncia por alteración de la seguridad aérea.
Veintitrés de los menores y dos monitores fueron reubicados en un vuelo de otra compañía y el resto pernoctó en un hotel y viajó al día siguiente.
La compañía rechazó “de forma rotunda cualquier afirmación que relacione la decisión” de su tripulación con “la expresión religiosa de los pasajeros involucrados”.
También la Guardia Civil rechazó cualquier tipo de motivación religiosa en lo sucedido, dado que en ningún momento de su actuación los agentes tuvieron conocimiento de la confesión religiosa de las personas desembarcadas, aseguraron a EFE fuentes de ese cuerpo.

