El Convenio de Minamata, orientado a la eliminación del mercurio y la reducción de las emisiones de este metal pesado, fue ratificado por Panamá mediante la Ley 160 del 1 de abril de 2015. Esta firma colocó al país entre las primeras diez naciones en ratificar el convenio desde su presentación —el cuarto en Latinoamérica y el primero en Centroamérica—. El Convenio de Minamata es el pacto global más reciente de las Naciones Unidas (ONU), alcanzado a través de negociaciones internacionales y multisectoriales. Fue presentado el 12 de octubre de 2013, antecediendo al futuro convenio mundial sobre plásticos.
La Misión Mercurio Cero es considerada la primera iniciativa global para la gestión de este elemento químico (Hg) en procesos industriales, minería, compuestos, fuentes eléctricas a base de carbón y desechos de plantas de producción de cloro. Nació del Programa Global sobre Mercurio de la ONU en 2012.
Desde 2010, la Alianza Contaminación Cero asumió la responsabilidad de promover la gestión integral y sostenible de este metal tóxico, comenzando con la sensibilización de niños, jóvenes, maestros, familias y organizaciones ambientales. En conjunto con la empresa privada, impulsó procesos de información, desarrollo de capacidades e implementación de programas de producción más limpia para el manejo adecuado de desechos sólidos peligrosos, en especial aquellos con mercurio y otros metales pesados (cadmio, litio, plomo y aluminio).
Nuestra labor ha sido una demostración de persistencia y conocimiento de los hechos, lo que ha permitido a la Alianza Contaminación Cero, a las empresas aliadas y, sobre todo, a los ciudadanos, aplicar las medidas de mitigación del Convenio de Minamata sobre el Mercurio en sus operaciones y actividades cotidianas.
Han pasado quince años de los programas Misión Mercurio Cero, “Ponte las pilas con las pilas” y “Ponte vivo con tus bombillos”, con participación artística, cultural e informativa. Estos esfuerzos permitieron reducir 270 mil unidades de iluminación y 3,347 toneladas equivalentes de dióxido de carbono (t/eq. CO₂), convirtiéndonos en una empresa B y Carbono Neutral.
Gracias a estas acciones, ahora existe un gran número de personas y empresas informadas y comprometidas en la gestión adecuada de los desechos de mercurio y otros metales de manejo especial. Las redes sociales se han convertido en nuestra principal vía de comunicación, a través de las cuentas Alianza Contaminación Cero y Misión Mercurio Cero en Facebook e Instagram —dejando atrás nuestros antiguos blogs de Yahoo, hoy una tecnología del pasado—.
El Convenio de Minamata ha sido ratificado por 150 países y es de obligatorio cumplimiento para sus partes y ciudadanos. Se convierte así en un nuevo derecho ambiental común y en un mecanismo para preservar la salud de la humanidad y de la biodiversidad frente al impacto del mercurio.
Sin embargo, se requieren leyes locales y la acción coordinada de todos los actores para lograr su aplicación. El éxito de la gestión pública del mercurio y otros contaminantes, así como de los desechos tóxicos, pasa necesariamente por enfrentar la minería ilegal de oro en los ríos latinoamericanos, alimentada por la alta cotización de este metal precioso.
Al divulgar nuestro trabajo a lo largo del tiempo, e involucrar a cientos de empresas que han adoptado nuestros programas de RSE ambiental, hemos contribuido al progreso hacia la sostenibilidad, implementando soluciones a los problemas reales y potenciales derivados de los riesgos ambientales y climáticos. Somos aliados en la creación de cientos de empresas que generan empleos en la economía verde, apoyando la divulgación de información climática y de sus riesgos, así como programas de responsabilidad ambiental que promuevan una mejor calidad de vida y un encuentro con los nuevos paradigmas del desarrollo humano ecosostenible.
Todos debemos participar, con intensidad y proactividad, en la identificación y eliminación de las fuentes de emisión de mercurio, el contrabando y movimiento transfronterizo ilegal, la extracción ilícita de oro con mercurio, y en la protección de los grupos vulnerables, los ecosistemas y su biodiversidad. Solo así podremos avanzar hacia la eliminación total del mercurio, basados en las nuevas políticas ambientales.
El autor es empresario verde y ecologista.
