Arri Nii, febrero, mes rojo y jubiloso para los gunadules. El aire se llena de foros, juegos, publicación de libros y expresiones artísticas que conmemoran una centuria de lucha heroica de los dules por su tierra e identidad. La Revolución Guna no solo les devolvió su territorio, sino que también desencadenó una reestructuración organizativa y una nueva forma de relaciones con el Estado: Marcó un antes y un después para los pueblos indígenas de Panamá.
Hoy, el Congreso General Guna (CGG) se erige como el único pueblo indígena en Panamá que se autogestiona, distribuye su pequeño ingreso a las comunidades para invertirlos en agricultura, educación, fortalecimiento de conocimientos tradicionales y monitoreo de su territorio, protegiéndolo de la minería artesanal y otras amenazas.
Además, para una gestión eficiente, ha creado Secretarías de Soberanía Alimentaria, Transporte Terrestre y Marítimo, Comunicación, Defensa Territorial, Turismo, Educación y otras comisiones especializadas. Un Tribunal de Justicia atiende casos locales, todo ello bajo la guía espiritual del Congreso General de la Cultura Guna.
La educación bilingüe intercultural, aunque promovida por el Texto Único de Educación, cobró fuerza gracias a alianzas estratégicas del CGG con organismos internacionales, quienes presentaron al MEDUCA la “Propuesta Curricular de la EBI Guna-Nangan Burba Oduloged Igar”. También se creó la licenciatura en educación bilingüe intercultural en la Universidad Especializada de las Américas. Sin embargo, tras 20 años, sus raíces penetran lentamente en el pensamiento y conciencia de los docentes y autoridades educativas, un proceso comprensible tras más de un siglo de educación sin pertinencia cultural.
La comarca Gunayala aún conserva sus bosques tupidos, un logro colectivo de comunidades y el Congreso General Guna. Sus normas prohíben la minería y otras explotaciones, fomentando la conservación de ecosistemas terrestres y marinos. La declaración del corregimiento de Narganá como Área Silvestre Protegida y la prohibición de especies exóticas en la vida marina son muestra de su compromiso ambiental.
La economía guna se basa en la agricultura y la artesanía, pero también han incursionado en el turismo de manera destacada. Las normas gunas protegen esta fuente de empleo, que se ha convertido en el principal ingreso del Congreso General Guna y de importante número de familias. Los revolucionarios de 1925 no explotaron esta actividad económica en su momento, pero sus nietos sí lo hicieron, preparándose profesionalmente para abrir el turismo al mundo. Actualmente, el turismo es regulado por la Secretaría de Turismo.
Entonces, ¿a qué etapa de la Revolución Guna estamos hoy? pregunta don Aiban Wagua, amigo poeta de gran verbo que hoy es viento y palabra. La respuesta es clara: Estamos en el proceso de reconstrucción y consolidación de las dimensiones de la autonomía mediante articulaciones viscerales y alianzas estratégicas, reflejadas en la reorganización de la estructura político-cultural del pueblo guna, recuperando la historia, a través de la educación y sistematizando la nueva historia. Generamos planes para recuperar la zona de Nurdargana y desarrollar todo los corregimientos de la comarca, impulsamos la conservación y el uso sostenible del patrimonio natural frente al saqueo y la degradación del ambiente, promovemos la productividad agrícola y la conectividad en las comunidades, fomentamos la lingüística guna y la identidad cultural, así como la medicina tradicional, de cara a las transformaciones globales y al cambio climático. Todo ello, al mismo tiempo, son retos impostergables para el pueblo guna, de no sostenerlos “corremos el riesgo de folclorizar la Revolución Guna”.
La Revolución Guna no es solo un evento histórico, es un proceso continuo de lucha y adaptación. Los desafíos actuales son tan importantes como los de 1925. La autonomía, la educación, la cultura, el territorio y el desarrollo son pilares fundamentales para el futuro del pueblo guna. La consolidación de las dimensiones de su autonomía es un camino que requiere sabiduría, unidad y compromiso.
El autor es sociólogo.
