El domingo 23 de junio pasado leí en el diario La Prensa un artículo de Omar Jaén Suárez que disparó mi memoria al recuerdo de la colega y gran amiga Acela Pujol, excelente catedrática de Geografía de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Panamá desaparecida hace pocos años. Recordé la conversación en que llena de entusiasmo me habló de su ensayo El desenclave geográfico de la frontera colombo-panameña.
En aquella ocasión me solicitó que si fuera posible hiciera llegar su investigación a las más altas autoridades gubernamentales a las que yo tenía acceso. Cumplí su deseo. Nunca supimos más.
Ahora que el Dr. Omar Jaén Suárez, distinguido intelectual y geógrafo también como ella trae el tema al tapete y que seguramente será objeto de encendidos debates, como debe ser, hago mención del trabajo de la profesora Pujol como un merecido reconocimiento al esfuerzo académico y profesional que su investigación exigió y ella concibió como un aporte al desarrollo socioeconómico de Panamá, que siempre interpretó como humano–sostenible y así se lo inculcó a los cientos de estudiantes, hoy profesionales, que ayudó a formar como educadora por vocación desde su cátedra universitaria.
Dice la profesora Pujol en una parte de su ensayo: “De frontera tapón a frontera abierta: un sí a la carretera…Con esta vía se conectaría la carretera Panamericana (que viene desde Alaska hasta la Patagonia), con la carretera al mar Medellín-Turbo y se lograría la integración con la llamada Transversal del Caribe, pasando por Cartagena y Barranquilla, para continuar hacia Maracaibo y Caracas”.
Entre las conclusiones de su escrito apunta que: “1. La apertura del llamado tapón del Darién, revalorizará el valor de la posición geográfica de Panamá que siempre ha oscilado en función de la ruta transístmica. 2. El desenclave de esta región, a través de la construcción de su carretera, permitirá afrontar con más fuerza e infraestructuras más eficaces, los graves problemas que presenta: pobreza, enfermedades, población desplazada, depredación ecológica, narcotráfico y contrabando, entre otros”.
El prolífico estudio de la profesora Acela Pujol merece ser conocido por su seriedad y profundidad. No dudo que este tema será objeto de atención, en un sentido u otro, de parte de los nuevos gobernantes del país. Así debe ser, de modo que sus decisiones, que nos afectan a todos los ciudadanos, sean tomadas con vasto conocimiento, sin apresuramiento, con consulta y siempre pensando y actuando en el mejor interés del país.
Es por ello que recomiendo a colegas, estudiantes, autoridades de todos los niveles y público en general conocer el contenido a fondo de la investigación de la profesora Acela Pujol, que puede ser visto sin ninguna dificultad por internet vía Google.
Por mi parte, espero conocer más sobre el tema consultando con colegas y amigos duchos en la materia, pues no soy geógrafo sino solo profesor de filosofía. Por supuesto, esta es una cuestión que trasciende la condición de especialista en geografía, pero a ellos hay que escucharlos a favor o en contra del destape del tapón del Darién. Sea.
El autor es historiador y docente universitario
