Panamá enfrenta retos importantes en materia social. Es responsabilidad de todos promover un ecosistema sano para el desenvolvimiento de la juventud. No solo se trata de crear lugares seguros dentro de las casas y supermercados, sino también en los colegios. Es que el concepto de seguridad al que me refiero abarca tanto la física como la psicológica. Para cumplir con esta meta debemos dar el primer paso.
Debido a la facilidad que tenemos los jóvenes de adaptarnos al cambio, resulta oportuno comenzar con una de las tantas problemáticas, una que afecta al 80% de los estudiantes en Panamá, mayormente conocida como bullying o acoso escolar. Sí, fui una víctima de acoso escolar, sin embargo, no es ideal que sea esto lo que motive a otros para que den frente al asunto.
No obstante, puedo asegurar que este es uno de los factores en mi vida que me han motivado a cofundar y liderar Make A Noise, un movimiento anti bullying que opera en diferentes colegios de nuestro país. Esta iniciativa, promete reducir el número de jóvenes afectados por este flagelo social.
Este es un movimiento fundado y liderado por jóvenes para jóvenes. Debido a que nuestro objetivo es ambicioso, nos hemos preocupado por crear una red de embajadores dedicados en un 100% para este propósito. Embajadores, así es como llamamos a estudiantes, capacitados por profesionales, que coordinadamente hacen un esfuerzo para prevenir el bullying dentro de sus escuelas.
Actualmente, estamos viviendo una era en la que más de 5 mil millones de páginas web se encuentran a microsegundos de distancia llenas de información, gracias al internet. El acceso a la información inmediata nunca había sido más esencial ni tan fácil. La rapidez para obtener información se ha convertido en un factor tan relevante que empresas exitosas como Netflix, Amazon y Google le deben su éxito. En Make a Noise, nuestros embajadores están capacitados para brindar ayuda e información casi que de inmediato, tratando de emular esta s plataformas.
Siempre me he preguntado, ¿en qué momento las situaciones que entendemos como menos que óptimas, pasan a ser problemas evidentes para todos? Es decir, ¿en qué punto nosotros como sociedad dejamos de tener tolerancia a estas problemáticas?
No creo tener una respuesta clara, mucho menos a mis 16 años de edad, sin embargo, estoy seguro de que la educación juega un rol esencial y que está en nuestras manos aprender del pasado para aportar al presente y así mejorar el futuro. De qué sirven mejores infraestructuras, mientras nuestros futuros profesores, científicos, ingenieros, abogados deben convivir en un ambiente plagado de potenciales afectaciones psicológicas, motivo que lleva a nuestra población a índices de acoso escolar con más del doble de la media mundial.
¡Debemos crear conciencia y educarnos! No solo para reducir la problemática social del acoso escolar, sino para enfrentar cualquier reto que nos traiga el futuro. ¿Será que la clave del éxito está en una convivencia sana; que a su vez se preste para una mejor educación; y que posteriormente se convierta en un crecimiento indefinido tanto cultural como económico?
Ayudemos a prevenir el bullying, en pos de una mejor convivencia y por un mejor futuro. El momento es ahora ¡Únetenos!
El autor es estudiante de secundaria y lidera un movimiento anti ‘bullying’
