Como relacionista internacional preocupado por la sociedad presente y pretendiendo sembrar semillas enriquecidas con análisis académicos que nos guiarán a establecer nuevos métodos para acatar procesos afables al deber ciudadano, quiero compartir una reflexión para que así las actuales y futuras generaciones sean el pilar fundamental para construir un nuevo Panamá.
Es obligación de todos los ciudadanos que convivimos en este país aportar a los deberes ciudadanos para el desarrollo sostenible de la nación, sea en el orden legal o convencional, los ciudadanos debemos cumplir inteligentemente el deber del sufragio. Este resultado nos dará pie a que los gobernantes de turno y aspirantes a los diferentes cargos, tomen la debida diligencia de otorgar al pueblo las herramientas necesarias para fortalecer y desarrollar las diferentes habilidades de las que goza el ciudadano que está inmerso en el limbo de las falsas promesas.
Los panameños tenemos el deber cívico de reflexionar unidos, el conocimiento de la Constitución Política de la República debe ser impartido a todas las escuelas del país desde secundaria —sin importar las carreras afines—, etapa de formación cuando el adolescente descubre habilidades propias a desarrollar por la edad y puede ser vulnerable a las diferentes teorías impartidas por medios de comunicación, sedantes que al pasar de los años han obtenido resultados favorables para seguir gobernando ad perpetuam.
El trueque político electoral que se ha venido realizando en nuestro país con sabor deplorable, viola las normas morales y éticas del panameño, ya que el voto por naturaleza teórica debe ser emitido en base a la reflexión personal, con visión a mejorar la sociedad de la que uno es parte.
De cara a los comicios generales de 2019, la forma de manifestar el deber ciudadano como antídoto a las malas prácticas es exigir el debido respeto, negar y denunciar los actos de compra y venta de voto deleznable de larga data, siendo este acto público y sabido.
En las comunidades muchos ciudadanos replican la frase: ¡Hay que aprovechar a los partidos políticos cuando están en campaña! Esta grave decisión de participación enmarca la destrucción masiva y la disminución de probabilidades de un futuro digno a las clases sociales media y baja. Así, la clase media desaparece exponencialmente, debido a los subsidios establecidos por los diferentes gobiernos. Esto segrega la mano de obra asalariada profesional y cargada de deducciones deplorables que no se ven reflejadas en mejoras institucionales.
¿Cómo es posible que todos los partidos políticos reciben millones para las elecciones? ¡Asombroso!, ¿verdad? Ante esto, el deber ciudadano debe contrarrestar la ideología ancestral heredada de la antigua Grecia hace 2 mil 500 años, cuando el voto se intercambiaba por una dracma (unidad monetaria de Grecia), siendo esto en mención en la actualidad ofrecido y solicitado por la población ya moldeada a gusto de la corrupción política a beneficio de las figuras electas por el voto popular.
Hoy en día es normal en la población desmotivarse constantemente con el tema de la política, debido a los constantes escándalos en los que han sido envueltas las diferentes figuras que en su momento apoyaron incondicionalmente.
Es prioridad del ciudadano tener el total conocimiento del deber que tiene ante la sociedad. La ciudadanía debe aglutinar expectativas convirtiéndolas en realidades mancomunadas con la participación en grupos civiles, partidos políticos, organizaciones no gubernamentales para desarrollar un plan estratégico de desarrollo nacional. Con este resultado se debe acatar el cumplimiento estricto de las leyes y penalizar a los que las infrinjan. Así tendremos un mejor Panamá para los panameños.
El autor es estudiante de la maestría en gerencia estratégica de la UIP
