Los estudios han demostrado que la ingesta de bebidas y alimentos con azúcares simples (dulces) son una fuente innecesaria de exceso de calorías, por lo tanto, condicionan un aumento de peso que solo traerá problemas al individuo.
Los azúcares simples son aquellas que se absorben directamente y, por lo general, ocasionan una elevación brusca de la glucosa en sangre y, por tanto, de insulina (índice glucémico alto), lo que es perjudicial para la salud, ya que puede desencadenar resistencia a la insulina y todas sus consecuencias.
En los últimos 50 años, el consumo de azúcar se ha triplicado a nivel mundial y las consecuencias se notan a simple vista. El exceso de azúcar se convierte en grasa en el hígado, crea adicción, al aumentar los niveles de dopamina, por lo que produce más hambre cada vez, aumenta el proceso de oxidación celular (es decir, daña las células) y otros muchos problemas más.
El consumo de azúcares simples predispone a las personas a sufrir de obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares, algunos cánceres, hígado graso, enfermedad de Alzheimer, gota, deterioro de la cavidad bucal y otras más.
De ahí que debemos empezar desde temprano en la vida a evitar el exceso de azúcar en la dieta.
Por otro lado, está demostrado que disminuir el azúcar simple de la dieta nos permite mejorar la función cerebral (memoria, capacidad de aprendizaje), mejora el perfil lipídico sanguíneo, mejorará el estado de tu piel (menos arrugas), ya que se disminuye la oxidación del colágeno.
La ingesta de azúcar simple debe estar limitada a 5% del total de calorías diarias. Eso equivale aproximadamente a cinco cucharadas (25 g) de azúcar al día, en una dieta de 2000 calorías.
Entre las estrategias para evitar el exceso de azúcares simples están, en primer lugar, no añadir azúcar a las comidas, evitar los postres diariamente, comer frutas tropicales (sobre todo las de temporada), preferir los jugos naturales sobre los que están en conserva, aumentar la ingesta de vegetales y por supuesto hacer ejercicios diariamente. A los niños, no le ponga dulces en las loncheras, deben acostumbrarse, desde temprano en la vida, a comer bajo en azúcares.
El autor es ministro de Salud
