La investigación en salud es fundamental para el avance de la ciencia. Es muy importante para la aparición de nuevos medicamentos, vacunas y tecnología que ayudan a mejorar algunos índices de salud, como la esperanza de vida al nacer y los índices de mortalidad general y específica.
Por otro lado, los estilos de vida saludables ayudan principalmente a mejorar los índices de morbilidad o dicho de otro modo, a tener mejor calidad de vida.
Para seguir impulsando el estado de buena salud o la recuperación de ella, es imperativo apoyar la investigación científica en salud y para esto se necesita de la participación de científicos de los países en vías de desarrollo junto a los desarrollados, que ya lo hacen desde hace mucho tiempo.
En nuestro país tenemos, aparte de investigadores individuales, institutos de reconocimiento internacional que se dedican, entre otras cosas, a estudios de investigación científica en salud, como el Instituto Conmemorativo Gorgas y Estudios de la Salud (Icges), la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt) y el Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Alta Tecnología (Indicasat), que son un orgullo para Panamá.
Por supuesto que se requiere de la participación de personas en estos estudios, y los mismos deben guardar la ética correspondiente, con información adecuada, cierta, entendible y garantizando la seguridad de las mismas, la cual estará siempre por encima de cualquier estudio. Es decir, tenemos que estimular la investigación científica, porque los avances dependen de ello, pero con protocolos seguros y que guarden las normas de bioética de la investigación. Por eso es que todos los estudios antes de empezar, deben recibir la aprobación de comités de ética que evalúan que se cumplan todas estas normas internacionales.
Panamá ha avanzado en forma importante fortaleciendo la ética de la investigación de manera sistemática.
Con el desarrollo de una ley (ya sancionada por el presidente), fortaleciendo los comités éticos para que sean más eficientes, facilitando el diálogo entre las partes involucradas y que a la vez sean rigurosos en el cumplimiento de las normas. Además, con apoyo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), se ha dotado de las herramientas al Ministerio de Salud, como autoridad sanitaria, para avanzar en este tema regulatorio tan importante en todo el mundo.
El autor es ministro de Salud

