Una personalidad definida, de sólidos principios y con un gran apego a la patria que lo vio nacer. Con una formación cultural compleja y patriótica, transmite admiración y cariño en cada obra que ejecutó en sus mejores años de servicio al país por su calidad de profesional polifacético. Porque eso fue don Justo Arosemena: un jurista, estadista, escritor, político, profesor, orador, economista, codificador, diplomático, historiador, reformista y un liberal de convicciones que amó y defendió a su patria, Panamá, con ideales, acciones y principios. Dejó huellas importantes sin precedentes en la época en las letras en relevantes obras como Apuntamientos para la introducción de las ciencias morales y políticas; Examen sobre la franca comunicación entre los océanos; Principios de moral política; Código de moral fundada en la naturaleza del hombre; Estudios sobre la idea de una lengua americana; Constituciones políticas de América Meridional; Estudios constitucionales; El matrimonio ante la Ley; y El Estado Federal de Panamá, obras cimeras o relevantes que han servido de abrevaderos a muchas generaciones en la búsqueda de los momentos sublimes de este gran panameño que, al decir del presidente de Estados Unidos de Colombia: “Justo Arosemena, aparte de su reconocido talento y de su vasta ilustración, era el más hábil parlamentario que he conocido”.
Un hombre de principios que perteneció a un solo partido político: Partido Liberal. Y con ello, ofrece sabias enseñanzas al momento político actual.
Como un estudioso del momento y de la época en que fuertes naciones competían por el dominio ultramarino, Arosemena se empina con visión y principios en el terreno político, hasta conseguir la autonomía del istmo de Panamá. Razón sobrada para considerarlo como el “más ilustre ciudadano de Panamá, así como padre de la nacionalidad panameña”, al estamparse el 27 de febrero del año 1855, el Estado Federal de Panamá y, desde luego erigido el istmo, en estado federal, logrando Panamá todas las atribuciones de la soberanía, excepto aquellas referentes a la marina de guerra y al ejército, a las relaciones exteriores y lo referente a las vías interoceánicas, un gran paso dado para lograr la independencia a corto plazo.
El Estado Federal de Panamá no se quedó en la teoría. Con un espíritu lógico, técnico, histórico y geográfico, expone las razones de peso a favor de un gobierno federal para Panamá. Panamá, decía: “es un mundo aparte, que no embona ni en Centro América ni con Colombia”. Esta tesis la corroboran los intentos separatistas de 1830, 1831 y 1840, que fueron sentando las bases de la total independencia. Arosemena no compartía el sistema central, ni la monarquía o despotismo, como tampoco simpatizaba con el sistema republicano, pues no era completo sin su complemento federal.
Finalizo con un llamado a los jóvenes de este bicentenario del nacimiento del padre de la patria. Vale la pena analizar vuestro rol. Hagamos un compromiso para depurar la patria de los vicios y actos que atentan contra la nación.
El autor es docente y exlegislador
