El filósofo español José Luis López Aranguren mencionó en su momento que “El papel político-social de la juventud para el perfeccionamiento de la comunidad es esencial, porque la juventud es, precisamente, la edad del inconformismo, de la exigencia de perfección, del hambre y de la sed de justicia”. Algunos nos hemos vuelto indiferentes ante este planteamiento, no obstante, siempre va a existir un límite que despertará la importancia de esta expresión.
“Yo no voy a votar por nadie, todos son iguales, todos roban”, clásica respuesta que escucho cuando le pregunto a jóvenes y algunos no tan jóvenes, además de las respuestas anteriormente mencionadas, también me ha tocado escuchar cuestionamientos como; ¿Si voto por esa persona, cuanto me das? ¿Si le doy el voto, me conseguirías una botella o palanca?, lamentablemente es la actitud apolítica y conformista que crece cada vez más, a un punto en el cual la participación electoral para los próximos años se puede ver reducida, esto indicará que estamos obligados a la decisión que tomen los demás, sin tomar en cuenta a muchos sectores.
Tenemos que estar conscientes de que, aunque no nos guste o parezca infructuoso formar parte de la escogencia de nuestros gobernantes, es importante la decisión que conlleva el deber cívico de acudir a las urnas para escoger e instaurar un gobierno que entre sus funciones esté desarrollar políticas públicas que satisfagan las necesidades sociales. Siendo así, tendremos la potestad de aprobar o reprobar el plan quinquenal de gobierno con el que se va a desenvolver nuestra nación.
En el momento en que el gobierno de turno toma las riendas y los resultados no son los que esperamos, caemos en la consabida desilusión colectiva y entramos en el poco me importa. Una de las principales razones por las cuales entramos en esa zona de confort, es que siempre estuvimos bajo el bipartidismo, hasta que en un momento apareció una opción “diferente con gente nueva”, al final resultó ser un quinquenio que por poco se pudo convertir en una década riesgosa para la democracia del país. El despilfarro económico y el proselitismo alcanzaron los niveles más altos, logrando así mal acostumbrar al pueblo de no saber identificar cuáles son las funciones de los representantes gubernamentales.
La mayoría de los políticos, por no generalizar, tienen o creen tener el futuro resuelto, y lo seguirán teniendo hasta que elijamos mejor nuestros representantes en los diferentes órganos del Estado. Sin embargo, también depende de nosotros, como sociedad civil responsable que, para tener nuevas opciones o personas, debemos estar claros en que existe gente con capacidad y ganas de hacer bien las cosas, por lo tanto, la libre postulación o candidatura independiente es una herramienta para tener acceso al engranaje gubernamental y estatal.
Mas del 52% de la población de Panamá es menor de 30 años (según Contraloría General de la República), lo que indica que existe el capital humano capacitado o en formación para impulsar cambios en nuestro Estado hacia una nueva generación de dirigentes que tengan como prioridad el desarrollo social y sostenible para todos los panameños (as). Al final nuestra generación es la que debe verse comprometida con el país, nuestros hijos se merecen algo mejor a lo que nosotros hemos vivido.
Nunca voy a perder la esperanza de un mejor Panamá, un nuevo país para las futuras generaciones, soy de los que confían 100% en que la base principal para una mejor sociedad es la educación de alta calidad, razón por la cual se debe invertir más del 12% del PIB, como lo hacen países desarrollados. La inversión es fundamental, pero la ejecución es primordial. Por lo tanto, mi llamado es a la clase media trabajadora, sectores económicos, jóvenes y todas las personas que no tengan afinidad política con ningún partido, que requerimos de la unión de todos para que a corto o mediano plazo podamos tener voz y voto en las decisiones que van a repercutir de manera directa e indirecta en el futuro de nuestra nación. Existe un escenario para que jóvenes preparados intelectualmente y con nuevas ideas participen juntamente con personas de amplia experiencia en la conducción de un nuevo Panamá, solo es cuestión de actuar.

